Un clima favorable por la paz

Este reciente fin de semana se realizó en Barrancabermeja el Encuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Indígenas y Afrodescendientes por la Tierra y la Paz de Colombia.

Acudieron y participaron organizaciones desde diferentes lugares del país que aceptaron la invitación de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, quien como organización convocante tituló el encuentro con el nombre El Diálogo es la Ruta.

Este nombre, sin duda esperanzador, destaca la importancia de creer y pensar que la paz en Colombia es posible, y que el enfoque debe tener como presupuesto la vía o el camino del diálogo. Un muy valioso documento final le hace un llamado al Gobierno nacional para involucrar muchas voces y muchas manos, que “requieren ser escuchadas y movilizadas para sentar las bases que nos permitan avanzar hacia la paz con justicia social”. También se plantea “que las partes comprometidas de manera directa en la confrontación deberían contemplar como gesto mutuo frente a la sociedad colombiana un cese bilateral de hostilidades, que abra la posibilidad del diálogo”. Igualmente, “la consideración de compromisos y acuerdos humanitarios que permitan parar la violencia contra la población civil y todos los crímenes atroces”. Esto en mi consideración significa aclimatar la paz e ir avanzando en crear condiciones de confiabilidad, y es un llamado a los actores de la guerra y al Gobierno nacional para que logren construir confianzas mutuas. Pienso que un papel fundamental de la sociedad civil y la comunidad internacional en los momentos actuales consiste en apoyar la constitución de un clima legítimo a la paz en Colombia, con la exigencia de modificar las costumbres y hábitos tanto del Gobierno como de los actores armados que tienen la tendencia militarista de pedir la paz y hacer exactamente lo contrario. Superar el síndrome del pastorcito mentiroso es urgente en Colombia. La paz es nuestro derecho y nuestro deber.

Celebramos también la realización durante esta semana del Encuentro Internacional de Mujeres de Negro que reúne en Bogotá a mujeres provenientes de Israel, Palestina, Italia, España, Serbia, India, Bélgica, Túnez, Nepal, Estados Unidos, Uruguay, unidas a las mujeres colombianas de la Ruta Pacífica. Todas con una intención y una práctica pacifista reflexionan sobre los impactos nefastos de la guerra y el armamentismo en la vida de las mujeres y de la sociedad. Bienvenidas y nuestro agradecimiento por su acción de resistencia y de solidaridad con Colombia.

Credito
Isabel Ortiz Pérez

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