Urge legislar sobre la IA

Columnista Invitado

Los Estados Naciones están en la obligación de establecer su futuro, su orientación y provecho, para que la humanidad no caiga en manos de un siniestro puñado de Elon Musk.
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En el siglo XXI de pocas cosas se habla tanto como de la Inteligencia Artificial (IA). Todo lo suyo es noticia y afecta los más diversos aspectos de la vida en comunidad; está transformando el trabajo, la movilidad, la medicina, la economía, el transporte, las comunicaciones, etc. Pululan las noticias sobre ella pero, a la vez, es el tema del que más comentarios superficiales, “a medias”, desorientados y desorientadores hay.

¿Qué es la IA? ¿Qué puede realmente hacer? ¿Cuánto de lo que de ella se dice es realidad futurista, cuánto es leyenda, mito, utopía? Es un cambio, pero… ¿Qué clase de cambio realmente es?

Ella es el eje de gigantescos intereses creados. Las grandes corporaciones de la comunicación y la cibernética luchan para que sea un negocio egoísta de su propiedad. Es urgente que los Estados Naciones la regulen para que sea provechosa para la comunidad y no una herramienta al servicio de un puñado de multimillonarios que quieren manipularla a favor de sus egoístas beneficios. Los Estados Naciones están en la obligación de establecer su futuro, su orientación y provecho, para que la humanidad no caiga en manos de un siniestro puñado de Elon Musk.

 

Si no se legisla ya sobre ella y se orienta su uso en beneficio de la comunidad, mutará en asfixiante y letal mecanismo tecnológico de control de datos y uso de información con fines brumosos dictados por las grandes corporaciones de la información y la comunicación, del comercio en línea, como Facebook, Amazon, X, Geoogle, quienes tienen gigantesca cantidad de datos e información de miles de millones de personas y pueden orientar sus opiniones, su pensamiento, sus gustos, incidir en sus vidas. Y tienen, además, influencia en legisladores, jueces, gobernantes y orientadores de la opinión de muy diversos países y los usan para aumentar los beneficios de sus empresas, en perjuicio de la comunidad.

Hoy, la expresión IA identifica tecnologías que imitan la inteligencia humana, más ignoramos a dónde llegará mañana pues tal tecnología avanza con inmensa rapidez. En Colombia muchas empresas se sirven de ella para ahorrar costos, mejorar la eficiencia, facilitar la toma de decisiones basada en grandes volúmenes de datos pero, paralelamente, ella elimina empleos, pone en riesgo la privacidad de la información, los sesgos de los algoritmos posibilitan tomar decisiones injustas, discriminatorias. La sentencia T-323 de 2024 de la Corte Constitucional, atinadamente ordena al Consejo Superior de la Judicatura adoptar una guía o manual para el uso de la IA en el sistema procesal.

Es urgente que Colombia legisle sobre la IA, regule el marco de su uso. Cualquier demora en ello, será nefasta para nuestra colectividad.

 

Eduardo Muñoz Serpa

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