¿Por qué una ley de identidad de género beneficia también a quienes no somos trans?

Columnista Invitado

Construir una sociedad que respete y valore las diferencias nos hace más libres a todas las personas, seamos o no trans.
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Una Colombia con una ley de identidad de género es una Colombia que le está apostando a que las niñas puedan jugar fútbol y los niños bailar ballet sin temor a ser ridiculizados.

El pasado 31 de julio sucedió algo histórico en el país; sin embargo, pocas personas cis (no trans) nos enteramos. Ese día se radicó el proyecto de la Ley Integral de Identidad de Género, y este mes habrá una audiencia pública en el Congreso. En una nación donde el promedio de vida de una mujer trans son 35 años, la Ley busca garantizar los derechos humanos de las personas trans, incluyendo acceso a salud, educación y trabajo.

Como explica Ilok Inti, integrante de la Plataforma Ley Integral Trans Ya: “Adoptar una postura en contra de la discriminación de género es también abrir la posibilidad de reflexionar sobre muchas otras formas de desigualdad, las cuales no solo atañen a la población trans y no binaria, sino que aquejan a muchas personas cisgénero, como el racismo, el capacitismo, la xenofobia, la aporofobia, la gordofobia o la segregación por la orientación sexual.”

Ilok cuenta que su tío, de 64 años, tuvo mucha dificultad de aceptarle como una persona trans no binaria; sin embargo, poco a poco fue haciéndolo y “ese ejercicio nos ha enriquecido mutuamente” porque le dio “la oportunidad de imaginarse un mundo donde él, como hombre cisgénero (no trans), también puede vivir de forma más auténtica.”

Construir una sociedad que respete y valore las diferencias nos hace más libres a todas las personas, seamos o no trans.

Una Colombia con una ley de identidad de género es una Colombia que le está apostando a que las niñas puedan jugar fútbol, los niños bailar ballet sin ser ridiculizados y les niñez ser nombrades y visibilizades. Una Colombia en la que las personas no sean constantemente juzgadas por su peso o su raza, una Colombia en donde lo que no se tolere sea el odio, no el amor entre dos personas, independientemente de su género.

Por eso, Ilok concluye: “Un país donde se respeten los derechos de las personas trans y no binarias es un país donde de seguro puede prosperar la paz y la solidaridad que tanto hemos anhelado.”

 

Juliana Martínez

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