La cuerda floja de Maduro

Columnista Invitado

Es evidente que Maduro está sancionado desde hace mucho tiempo por varios países y organismos internacionales por su manejo autoritario del poder y las violaciones de derechos humanos.
PUBLICIDAD

La incuestionable crisis de legitimidad del régimen de Nicolas Maduro va adquiriendo con el tiempo el punto más alto de inflexión. Su autoproclamada victoria electoral está en la cuerda floja, después de que el Centro Carter, único organismo internacional independiente que participó en las elecciones presentara esta semana, las actas recolectadas por la oposición ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, reconociendo la rotunda victoria de Edmundo Gonzales Urrutia.

No es un secreto, que cuando la oposición presentó copias de las actas en la página web de libre acceso a cualquier ciudadano que quisiera verlas, los partidos políticos podían calcular los totales de votos basándose en las actas recabadas con el 83.5%. de votación de los cuales Gonzales Urrutia ostentaba la mayoría con el 67% de votos a su favor.

Sin embargo, a pesar de los incuestionables hechos que lo evidencian ante su propio pueblo y ante la comunidad internacional, el negacionismo de Nicolas Maduro sigue rechazando cualquier posibilidad de colaboración, amparándose en una amañada resolución del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que lo proclama ganador. Un organismo que actúa amangualado con casi todos los poderes públicos, desde el sistema judicial hasta las fuerzas armadas y desde sus diferentes niveles, actúan por acción o por omisión, confabulándose para no reconocer la voluntad popular contraviniendo la Constitución. Hechos de enorme trascendencia política, que no solo desenmascara la manipulación electoral de Maduro, sino que despoja de cualquier credibilidad a su régimen.

Analistas políticos dan cuenta de la forma como Nicolas Maduro, a través de los años ha buscado mantenerse en el poder y su propia supervivencia como líder político, manteniendo el control del poder. Perderlo podría significar enfrentar cargos judiciales, tanto nacionales como internacionales. Su gobierno sigue el modelo chavista, basado en un fuerte control estatal sobre la economía y el rechazo a las políticas neoliberales. Cambiar de líder implicaría una ruptura con ese modelo. Es evidente que Maduro está sancionado desde hace mucho tiempo por varios países y organismos internacionales por su manejo autoritario del poder y las violaciones de derechos humanos.

Sin embargo, a pesar del aislamiento político y social de sus vecinos en la región, así como de la comunidad internacional, ha podido perpetuarse en el poder, apoyándose en el control institucional y en un discurso de resistencia frente a “amenazas externas” según él.

En un panorama tan complejo, donde la perpetuación en el poder esta ligada tanto a la defensa de un proyecto ideológico como a la protección personal y de su entorno cercano, vale la pena preguntarse, si el régimen ilegitimo de Maduro tras la victoria opositora, podrá perpetuarse en el poder. ¡Amanecerá y veremos!

 

Diva Criado

Comentarios