El consumo de estupefacientes se considera una parte activa de lo que se denomina en la actualidad “El problema mundial de drogas”, pero es importante que la comunidad conozca algunos aspectos que hacen parte de un ciclo delictual que continúa afectando la seguridad ciudadana.
Ello con el propósito de generar un entendimiento hacia las estrategias aplicadas para contrarrestar el fenómeno, obviamente, en el entendido que no se puede combatir algo que no se conoce.
Ahora bien, este ciclo inicia desde la siembra de cultivos para uso ilícito, háblese de plantaciones de amapola, hoja de coca y marihuana, esta última, con mayor aceptación entre las personas dedicadas a esta práctica, máxime que no requiere un procedimiento químico para su producción, como se presenta con la planta de coca, donde se alinea el tráfico de precursores químicos, evento que lo convierte en una inversión de mayor costo.
Al respecto conviene decir, la importancia de recibir por parte de propietarios y/o administradores de finca, información que permita ubicar zonas de cultivo y asentamiento de laboratorios de procesamiento, tendiente a realizar la erradicación y evitando que este tipo de productos llegue a ser comercializado, aunado a que de ser hallado un punto de siembra con el aval de dueño de la propiedad, el lote será incluido en extinción al dominio.
Ahora bien, al llegar a la etapa de producción se pasa al transporte, siendo el tráfico de sustancias en menores cantidades la actividad que permite el ingreso de cargamentos que serán convertidos en millones de dosis; destacando que la delincuencia está constantemente innovando en los métodos de ocultamiento, con el único fin de evadir los controles de las autoridades, por ello, la Policía nacional, fortalece los controles sobre las principales vías de acceso a las ciudades, contando igualmente con la colaboración de información privilegiada que permite la incautación de cargamentos, logrando contrarrestar el arribo de marihuana y clorhidrato de cocaína a los puntos de comercialización y consumo.
Nuevamente destaco la importancia de recibir información por parte de la comunidad y es propio indicar la reserva de identidad, así como el pago por los datos aportados.
Aquí vale la pena hacer una pequeña digresión y saltando un poco el tema, la corresponsabilidad de contrarrestar la existencia de cultivos para uso ilícito y el tráfico de estupefacientes en menores cantidades es de todos, pero el inicio frente a la problemática de consumo, es claramente una responsabilidad de los padres y del entorno familiar, toda vez que conocer más a fondo sobre los síntomas que presenta el individuo abordado por el consumo, permite generar oportunamente los controles necesarios para evitar un mayor riesgo de afectación, siendo insistente en que conocer para contrarrestar es aportar.
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