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Por eso, cuando de recordar el legado de un presidente gringo se trata, no hay mejores píldoras para la memoria que los libros de Bob Woodward, el prestigioso periodista de The Washington Post y doble ganador del Pulitzer por sus investigaciones sobre el Watergate y los atentados del 11 de septiembre. Por suerte para nosotros, su trilogía sobre el cuatrienio de Trump, titulada sugestivamente “Miedo” (2018), “Rabia” (2020) y “Peligro” (2021), está completamente traducida al español, ya que volver sobre ella y leerla con los ojos frescos del presente parece, hoy más que nunca, una tarea ineludible para todos aquellos ciudadanos con inquietudes globales a los que la democracia les importe siquiera un ápice.
Lejos del estilo más amarillista e incendiario de algunos títulos sobre el mismo tema que inundaron las librerías hace poco más de un lustro, la obra de Woodward se apega a los hechos y cede los reflectores al testimonio de múltiples integrantes del círculo cercano que rodeó a Trump durante los años de su administración. El resultado es un relato tras bambalinas y desde las entrañas de distintos eventos que presenciamos por la televisión y que nos permite entender mejor tanto el aparatoso funcionamiento de la Casa Blanca durante aquellos años, así como el azaroso sistema de toma de decisiones de Trump. Un retrato demoledor que aterrará a cualquiera ante su inminente déjà vu.
Al final, el lector se encontrará con un Donald Trump absolutamente anclado en el aislacionismo geopolítico y con una anticuada visión industrial que no encaja con nuestra realidad digital, un hombre de negocios que está dispuesto a anteponer los intereses de Estados Unidos rompiendo cuantos tratados internacionales sean necesarios para renegociarlos bajo la instrumentalización mercantil del ejército norteamericano.
Todo esto junto con decisiones de gran calado tales como bombardeos en territorios extranjeros, guerras de aranceles contra potencias económicas o nombramientos de cargos vitales dentro del aparato estatal que se ordenan en arranques pasionales y sin la fundamentación económica ni estratégica que se esperaría del líder del mundo libre.
Con sus letras Woodward desnuda el perfil de un hombre al que todos los allegados que trabajaron con él le reconocen una increíble capacidad para mentir, una obsesión por nunca dejarse ver débil y una tendencia natural hacia el caos y la improvisación y nos espoilea el futuro que podríamos volver a vivir en los próximos cuatro años.
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