Juntos como hormigas

“El Hormiguero” es desde hace ya muchísimos años el programa más visto de la televisión española sin discusión alguna.

Más cerca de hacer las paces

La ópera, como la filosofía, es otra más de aquellas artes místicas que aspiro algún día llegar a asimilar mediante la periódica, aunque no constante, exposición a ellas.

El amor, por fin, de moda

Semanas atrás, The New York Times reportaba sobre un particular fenómeno literario que viene manifestándose con fuerza en distintas ciudades de los Estados Unidos: el surgimiento, contado por decenas, de librerías especializadas en novelas de amor.

El abrazo del oscurantismo

Pareciera mentira que habiendo transcurrido ya casi un cuarto del Siglo XXI, todavía la censura de libros sea un tema del que tengamos que hablar y, sobre todo, preocuparnos.

Un giro absolutamente inesperado

Sigue dando mucho de qué hablar la reciente lista de The New York Times sobre los 100 mejores libros del Siglo XXI.

Se nos muere el cine

Todos los veranos el ayuntamiento de Madrid transforma la gigantesca plazoleta principal del Palacio de Cibeles, edificio centenario donde opera la alcaldía de la ciudad, en un cinema itinerante en el que cada noche, durante más de una cincuentena de funciones, se proyecta un amplio catálogo de películas que va desde clásicos atemporales hasta estrenos rutilantes de cartelera.

Un ranking interesante

Tras una revelación a cuentagotas durante varios días, finalmente tenemos con nosotros el listado definitivo de The New York Times sobre los “100 Mejores Libros del Siglo XXI” (o por lo menos de lo que va de él) y aunque por obvias razones el ranking cuenta con un marcado tono americano, nunca está de más darle un vistazo a los elegidos para conocer el estado de salud de la literatura contemporánea.

Tercer strike

Si hace quince años me hubiesen preguntado qué autores creía que para 2024 habrían obtenido el Premio Nobel de Literatura, habría dado tres nombres sin siquiera pestañear: Philip Roth, Amos Oz e Ismail Kadaré. El mundo era muy distinto entonces, no había comenzado la tiranía cultural del algoritmo y a los escritores no se les pedía ir a la caza de followers generando contenido para redes sociales sino simplemente escribir bien, y ellos tres lo hacían jodidamente bien. Lamentablemente me equivoqué con mis predicciones y hoy, habiendo sus plumas trascendido de este mundano plano material, sólo me queda un desasosiego que relaciono con la más infame de las injusticias.

Cuando los astros se alinean

Es prácticamente imposible que en el instante mismo en que conocemos el nombre del nuevo ganador del prestigioso Premio Internacional Booker tengamos la oportunidad de comprarlo inmediatamente en nuestra librería de confianza. Las razones son variadas. En algunos casos, como ya pasó en 2019 con “Celestial Bodies” de la omaní Jokha Alharthi o en 2022 con “Tomb of Sand” de la india Greetanjali Shree, el texto nunca llegará a traducirse al español. En otros, como sucedió en 2016 con “La Vegetariana” de la coreana Han Kang o en 2023 con “Las Tempestálidas” del búlgaro Georgi Gospodinov, sus derechos los tienen editoriales tan de nicho que la única forma de hacerse con ellos es acudiendo directamente a la importación internacional. Y, es por ello que, cuando los astros se alinean, tenemos que aprovecharlo.

Historias para llevar

Siempre me ha llamado la atención aquellos autores que, pudiendo elegir prácticamente cualquier temática, centran su obra alrededor de la comida y ni qué decir de aquellos que, redoblando la apuesta, hacen girar libros enteros sobre un alimento en particular. Deliciosas limitaciones autoimpuestas a nivel creativo que elevan el grado de dificultad de su producción literaria con resultados fascinantes. Mo Yan (Nobel 2012) seguramente es el gran maestro culinario de las letras con textos que van sobre el sorgo (“Sorgo Rojo”), el vino (“La República del Vino”), el ajo (“Las Baladas del Ajo”) o la carne (“¡Boom!”) y donde el acto de la consumición constituye un pilar esencial de la narrativa. Toda una carta de alternativas que se pueden catar como un menú de degustación.