En defensa de la vida

Guillermo Pérez Flórez

De las cosas que más duelen de Colombia es la pasividad y en cierta manera la indiferencia con la que hemos asumido el asesinato de líderes sociales.
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Cada día caen uno, dos o tres. Es una tragedia. Recuerdo los años ochenta, cuando las hordas de sicarios se ensañaron con los líderes de la Unión Patriótica, son el pretexto de que ese partido era el brazo político de las Farc. Murieron más de 4.000 personas. Una página triste y vergonzosa de la historia colombiana.

Michel Forst, relator de Naciones Unidas, sostuvo en febrero pasado que Colombia es uno de los países más peligrosos del mundo para la defensa de los derechos humanos -  triste título - y que las cifras solas no muestran la tragedia humana detrás de cada caso. Por eso un grupo de columnistas ha querido recuperar los rostros y las vidas de algunos líderes asesinados. Fui invitado a respaldar este proyecto y me han asignado tres historias, lo cual hago con dolor de patria, pero con la ilusión de estar aportando un grano de arena en esta tarea.

Carlos Jesús Báez Torres, conocido como Karla Torres, era una trabajadora sexual trans que defendía los derechos de esa población, expuesta a todo tipo de violencias en Cúcuta. Dos impactos de bala cegaron su vida el 31 de diciembre de 2016. Le habían hecho dos atentados en 2016, el primero en octubre y el segundo en diciembre. La primera vez los agresores se bajaron de un taxi con cuchillos, y la segunda hombres en moto activaron sus armas de fuego. En ambas ocasiones la salvaron de morir sus compañeras prostitutas. Como a otras trans les tocaba pagar una extorsión que podía oscilar entre los 50 mil y los 100 mil pesos.

Carlos Alberto Ruiz Restrepo era un líder ambiental que luchaba en contra de la minería ilegal en el corregimiento de Pichindé, Huila. Fue asesinado el 10 de julio de 2018 por hombres armados en la vía Cali Pichindé en el kilómetro 12, los habitantes de la zona intentaron socorrerlo sin éxito alguno. Ruiz era hermano del corregidor de Pichindé, quien se caracterizaba por rechazar las acciones de minería que se llevan a cabo en esta zona de la ladera. Acallaron su voz inconforme y crítica a sangre y fuego.

Aldemar Enrique Parra García, presidente de la Asociación Apícola de El Haltillo en El Paso, Cesar, asesinado el 7 de enero de 2017 en la vía que comunica El Haltillo con la cabecera del corregimiento de la Loma de Calenturas, en El Paso, Cesar. Recibió varios disparos de dos hombres que se movilizaban en motocicleta. Nunca informó de amenazas. Sin embargo, sus tíos, Alfonso Martínez, Yolima Parra y Diana Fonseca, líderes comunitarios y miembros de la mesa de concertación en el proceso de resaneamiento de El Haltillo, Plan Bonito y Boquerón, sí habían denunciado amenazas de las Autodefensas Gaitanistas.

Estos nombres y sus historias los olvidaremos antes de que terminemos de leer este artículo, pero quizás si las divulgamos lograremos parar esta tenebrosa ola de asesinatos de líderes. Defendamos la vida. Es lo mínimo.

GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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