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También quiero reconocer en nuestros estudiantes, su capacidad para demostrar la fuerza a través de sus argumentos, como lo ha hecho evidente Camilo Pinzón, quien es mi estudiante y lo ha sido en dos semestres distintos y quien con calidez, respeto y profundidad solicita que nuestro gobernador y nuestro alcalde, busquen la posibilidad de otorgar el beneficio de la matrícula cero, teniendo en cuenta que en buen número padecen necesidades que no llegamos a creer y aún cuando no acepto las vías de hecho, estoy segura que alguna solución deberá encontrarse para que a quienes más lo necesitan, se les garantice el derecho a continuar en su carrera universitaria. Él es uno de los tres jóvenes que intentan visibilizarse, si no lo necesitaran no estarían exponiendo sus vidas.
Paso a referirme a uno de los ejercicio de investigación que realizaron tres estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, en cumplimiento de una de las actividades que siempre hacen parte del proceso de desarrollo de las asignaturas que oriento, ellos son: Laura Daniela Preciado, Valentina Hernández Gil y Júnior Jacinto Valencia, denominado: “Consecuencias del aislamiento obligatorio en Ibagué, a causa del Covid-19, desde el punto de vista económico, psicológico y social”. Para el ejercicio, se aplicó encuesta de 9 preguntas a 102 actores sociales de la ciudad.
Una de las preguntas planteadas en el mes de mayo, es decir, hace dos meses, fue la siguiente: ¿se ha visto afectado económicamente a causa de la emergencia sanitaria por el Covid19?, el 72.5 por ciento respondió que sí; entonces no puedo dejar de relacionar esta realidad con nuestros estudiantes, cuando la tasa de desempleo de los jóvenes en el trimestre mayo julio estaba en 24.5 por ciento y el porcentaje de desempleo cuando se hizo el ejercicio, era del 19.4 por ciento.
“Para reconstruir mejor, hay que reforzar la gobernanza democrática, la protección de los derechos humanos y el estado de derecho, en un momento en que demasiados ciudadanos se sientes excluidos…”, según la ONU, 2020, citado en el ejercicio.
Se expresa que no poder reunirse genera ansiedad y trauma psicológico por la prolongada exposición a la amenaza, de ahí que los expertos en el mundo digan, que la próxima pandemia cuando el Covid-19 se resuelva, será la de la salud mental, tal como en la búsqueda documental de la revista Semana.
Dentro de los síntomas sufridos durante esta etapa se concluye que el estrés se presenta en un 60.2 por ciento, ansiedad en un 39.8 por ciento, preocupación 65.3 por ciento, frustración 36.7 por ciento, aburrimiento 63. 3 por ciento, miedo 24.5 por ciento, soledad 24.5 por ciento, irritabilidad 38.8 por ciento, alteración del sueño 56.1 por ciento, desconsuelo y peleas familiares 1 por ciento.
La aparición casi sorpresiva de esta pandemia y el repentino cambio en el estilo de vida a una vida de aislamiento social, desequilibró mentalmente, generando problemas de salud emocional, económico y social.
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