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El problema de la congestión vehicular es complejo, tiene que ver con diferentes factores; la cantidad y calidad de las vías, la cultura ciudadana, el estado de los semáforos, la cantidad de guardas de tránsito, el sistema de transporte público, entre muchos otros más. El error para cualquier administración es esperar a que se den los cuellos de botella para actuar, porque es muy probable que se le eche mano a la medida menos eficiente de todas, el pico y placa.
Así las cosas, resolver el problema de la congestión vehicular de la ciudad supera las medidas que restringen la utilización del vehículo, sobre todo cuando la congestión se concentra específicamente en algunos puntos de la ciudad y afecta la economía local y el transporte escolar particular.
Una política de movilidad y contra la congestión de la ciudad necesita entre otras acciones las siguientes:
Campañas de cultura ciudadana que eviten el mal parqueo sobre avenidas principales y vías de alto flujo, y de conducción inteligente para evitar accidentes en las vías, acompañados de contraflujos para algunos puntos neurálgicos de la ciudad, como el que se hacía sobre la Guabinal al frente del hospital San Francisco.
La construcción de nuevas vías transversales y de accesos que disminuyan el flujo sobre las avenidas Ambala, Jardín y Jordán, y Mirolindo. Después de tantos años, no se entiende como solamente se tiene paso de la avenida el jardín a mirolindo por la Pedro Tafur y de la Ambala a la avenida Mirolindo por la 60. La anunciada pavimentación de la calle 103 es un muy buen ejemplo de lo que se debe hacer para conectar transversalmente las avenidas y evitar que se tenga que hacer recorridos innecesarios.
Impulsar la oferta de servicios alternativos de transporte como las patinetas y bicicletas eléctricas. En diferentes ciudades de Colombia y el mundo este servicio combina muy bien la solución a un problema con el emprendimiento social. También es clave implementar el servicio de transporte público de bicicletas, un claro ejemplo es el prestado en Medellín en donde se combina este servicio con el de transporte público.
Mejorar la movilidad de la ciudad implica repensar la concentración de actividades en el centro, impulsar el desarrollo de las nuevas centralidades en Ibagué es fundamental, esto debe hacerse en la idea que se está imponiendo en el mundo de las ciudades de 15 minutos, es decir, el ciudadano se mueve en un radio de 15 minutos para desarrollar sus actividades sociales, deportivas, laborales y académicas.
Además, se podría, con el apoyo de los gremios económicos, modificar los inicios y cierres de las jornadas laborales con el fin de que no se inicien todas a la misma hora.
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