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El transporte público es un asunto complejo, por una parte, está el interés colectivo, el de los usuarios, y por otra, el interés privado, el de los transportadores. Los usuarios constituyen la razón de ser del negocio de la movilidad de pasajeros, los pasajeros son quienes soportan el negocio del transporte.
Quien realmente hace el trabajo es el dueño del parque automotor, en la mayoría de los casos el transporte público es la única fuente de ingresos que tiene una familia.
Desde el enfoque de demanda, el interés público prevalece sobre el interés particular, por lo que la intervención del Gobierno o de las agencias encargadas de la regulación se debe orientar a favor de los usuarios de los servicios de transporte. La debilidad del sistema ha llevado a que se ofrezca informalmente a través de vehículos particulares y motos. Se dice que el paro está dejando dos nuevas aplicaciones de mototaxismo.
Desde el enfoque de la oferta, experiencias en el país muestra que la integración del sistema de transporte público colectivo es inconveniente en lo que se refiere al esquema de pagos y rentas por concepto de ingreso al nuevo modelo de transporte, los beneficios bajan a tal punto que quizás sea poco rentable permanecer en el negocio.
El paro ha perjudicado a las familias y a la economía en general. Son muchas las denuncias del incremento de precio de la oferta informal de transporte de motos y vehículos particulares, afectando el bolsillo de los hogares.
Las encuestas y mediciones aplicadas por Fenalco Tolima y la Cámara de Comercio de Ibagué muestran que el 97,2% de los encuestados han tenido afectaciones en sus ventas, con una caída entre el 76% y el 100%, principalmente por el bajo tráfico de clientes en su establecimiento.
Así mismo, el 11,93% de los empresarios han acudido al cierre parcial de sus establecimientos, algunos manifestaron inconvenientes para la compra y desplazamiento de insumos y materiales para el continuo funcionamiento de sus negocios.
Los cálculos técnicos realizados en 14.123 empresas representan una disminución promedio de ventas que asciende a la suma de $7.000 millones diarios, que desde el inicio de las jornadas del paro ascienden alrededor de los $50.000 millones.
Las gasolineras han dejado de vender más de 15 mil millones de pesos y el municipio ha perdido el ingreso por el impuesto a la gasolina.
La semana de paro afectó la prestación del servicio esencial de educación en la mayoría de los colegios, Sena, y universidades.
Esperemos que esta semana termine el paro y que las decisiones que se tomen para el futuro del sistema se hagan pensando en el bienestar de todos.
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