PUBLICIDAD
Ayer, mientras calificaba los exámenes de mis estudiantes (¡Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen!), me encontré con una realidad más preocupante que los precios de la gasolina en Colombia: ninguno supo resolver una simple suma, pero ¡caramba! ¡Qué doctorado tienen en hacer bloque para protestar! Como les dije: "Muchachos, ni sumando todos sus conocimientos en el Pacto Histórico logran aprobar matemáticas, pero bien que saben dividir cuando toca repartirse las excusas."
Y hablando de divisiones, el MAIS decidió no unirse al partido único, esa nueva moda más peligrosa que comprar dólares en estos días. Me recuerda a lo que dice el Eclesiastés 3:7: "Tiempo de romper, y tiempo de coser." Aunque por estos lares, más que coser, andamos rasgando las vestiduras.
Imagínense ustedes, en unos años:
- Oiga, profe, ¿y usted a qué partido pertenece?
- Pues al único que hay, mijito, como el operador de la gasolina: monopolio puro y duro.
- ¿Y eso no es malo, profe?
- Tan malo como tu nota en el parcial, pero al menos tú tienes la opción de recuperar.
¡Ay, María Santísima! La democracia está más cara que un galón de gasolina en Colombia, y eso ya es decir mucho. Como le dije a un estudiante que me pidió explicarle el concepto de inflación: "Mire, mijito, es como cuando usted cree que tiene chances de pasar mi materia - cada día valen menos sus esperanzas."
Y es que esto del partido único me recuerda a esos trabajos en grupo donde uno hace todo: al final, todos tienen el mismo título pero nadie sabe cómo se logró. Como en el Arca de Noé, todos los animales entraron, pero me imagino que las jirafas iban más incómodas que opositor en gobierno de partido único.
Los del MAIS dijeron "no gracias" a esta fusión más temible que parcial sorpresa. Doña Aida Quilcué, don Julio César Estrada y doña Martha Peralta prefirieron mantener su independencia - algo así como cuando el estudiante dice "profe, yo trabajo solo" porque sabe que en grupo le toca hacer todo.
¡Y qué decir de la democracia! Está más perdida que estudiante en final de semestre. Como dice Proverbios 14:12, pero en versión universitaria: "Hay camino que al estudiante le parece derecho, pero su fin es un tres punto cuatro."
Queridos lectores, mientras algunos hablan de unificación forzada, como cuando obligan a los estudiantes a hacer grupo con el que nunca viene a clase, yo sigo en mi partido de siempre: el de los que creen que la fe mueve montañas, pero no aprueba parciales sin estudiar.
Y como le dije a mis estudiantes reprobados: "La vida es como este intento de partido único - a veces perdemos todos, pero al menos antes podíamos elegir cómo perder."
Que San Judas Tadeo, patrono de las causas perdidas (y de los estudiantes en finales), nos proteja de los partidos únicos y de las matemáticas básicas que ni en grupo logran resolver.
P.D.: Si me equivoqué en algo, recuerden que soy profesor universitario, y como dice Mateo 26:41: "El espíritu está dispuesto, pero las notas son reprobatorias." Amén.
Comentarios