Dos acontecimientos históricos

Como queriendo decir al mundo entero que otro tipo de sociedad sí es posible, los pueblos de Bolivia y Chile acaban de ratificar en las urnas que quieren un país distinto.

La movilización de los olvidados

El subcomandante Duque, hombre al que le quedan bien las charreteras policiales, se preocupó mucho por ocultar en la campaña presidencial algunas características de su personalidad, cuya tenencia resulta difícil esconder por mucho tiempo.

Palo porque bogas

Decía el expresidente Marco Fidel Suárez: “No tengo el secreto de trocar el furor en mansedumbre (…) de suerte que (los enemigos) quieran lo que reprueban y acepten lo que les enfurece”. Esto podríamos decirles los amigos de la paz a sus enemigos.

Las movilizaciones que nos esperan

Las condiciones sociales y políticas bajo las cuales actúan las organizaciones populares se hacen cada vez más difíciles. Para el mes de marzo de este año, y desde la firma de los acuerdos de paz, ya habían sido asesinados 580 líderes populares, sin incluir a los 217 excombatientes de las Farc que también lo habían sido. Es como si a tales organizaciones se las hubiera condenado a la misma suerte que corrió la Unión Patriótica.

Moción de censura

Resulta difícil precisar si es por incapacidad, falta de autoridad sobre las fuerzas que están bajo su mando, cobardía ante estas o por todas las anteriores razones que el señor Carlos Holmes Trujillo, ministro de Defensa, no ha mostrado el más mínimo resultado favorable ante la recrudecida ola criminal que impulsa la derecha para debilitar el liderazgo social.

Alianza contra la politiquería

Alguien dijo, no hace mucho, que en Colombia las elecciones comenzaban al día siguiente de la posesión del presidente electo. Muy seguramente quiso significar con ello el gran amor que le tienen al poder las castas que siempre lo han poseído y su disposición a defenderlo, no importa lo que ello les cueste, ni que tengan que violentar la sana competencia electoral.

La Policía que necesitamos

No solo fue la triste suerte de Javier Ordóñez la que desencadenó las movilizaciones ocurridas luego de ser asesinado por varios integrantes de la Policía nacional. Este hecho solo fue la gota que rebosó el océano de indignación existente ante la barbarie que ha cobrado la vida a cientos de líderes sociales y exguerrilleros; ante la cadena de masacres presentadas últimamente, el incumplimiento de compromisos gubernamentales y el manejo de la pandemia; ante la actitud ambivalente de la Corte Suprema en el caso Uribe y el préstamo a Avianca, entre otros males que lastiman a cada uno de nuestros compatriotas.

La unidad, único remedio


Las protestas sociales nunca se realizan por nada. Hasta el momento presente, las grandes mayorías siempre han salido a las calles a gritar sus angustias, a cuestionar al gobierno, a demandar respeto a sus derechos, a confrontar a sus patronos, a rechazar el deterioro de su calidad de vida y a correr los riesgos del Esmad y demás instrumentos de represión del gobierno, sus infaltables acompañantes.

Gustavo Petro, ¡Ahora sí!

Según evidencias que parecen inobjetables, las elecciones de 1998 dieron el triunfo a Gustavo Petro. En tales comicios, más de ocho millones de colombianos cogieron la brocha para pintar el Palacio de Nariño con colores de pueblo, pero, según la Registraduría, la pintura no alcanzó. No importa.

Cuando cese la amarga noche

Por andar buscando motivos para agredir a Venezuela, por andar maquillando los datos de cada día relacionados con la pandemia, por darle gusto al gran capital ante los efectos de esta crisis, por estar abriendo campo dentro de nuestras fronteras a tropas norteamericanas, por andar defendiendo a su jefe de las decisiones judiciales y por algunas razones más, el presidente Iván Duque está dejando el país al garete.