O por lo menos en conocer personalmente al primer mandatario de nuestro país, fueron los flamantes asistentes al importante evento que ciertamente dejó buenas nuevas para el desarrollo del Tolima y especialmente para el municipio anfitrión.
A este último, parece que le hubiera llegado una nueva temporada de subienda, pero esta vez cambiando las canecas de nicuros, por los costales con miles de millones de pesos que prometió el Presidente en su visita, y también los que vendrán con la sanción de la ley de honores Alfonso Palacio Rudas, el ilustre cofrade que 100 años después de su natalicio todavía le está entregando beneficios a su pueblo; recursos traducidos en obras públicas como la recuperación del malecón sobre el río Magdalena que se espera esta vez los hondanos sí lo aprovechen como fortaleza turística y eviten el uso que hoy le están dando los expendedores de alucinógenos y unos pocos desadaptados; las más de mil 100 viviendas que por fin se construirán en la ciudad de los puentes y que beneficiarán a la población mas vulnerable, especialmente los pescadores que hoy viven en zonas de alto riesgo; y el gran muro de contención que protegerá la ribera del río Guali y hará posible la terminación exitosa del puente López, fueron los mejores regalos que los norteños recibieron del buen Juan Manuel.
Pero las inversiones llegarán un poco más lejos, el compromiso de una altísima inversión que supera los dos billones de pesos y que será destinada a la construcción de la doble calzada Bogotá-Villeta-Honda-Fresno-Manizales, fácilmente deja entrever al norte del Tolima como un territorio en franca vía de progreso que tendrá la posibilidad de diversificar y fortalecer su actividad económica gracias a convertirse en un nuevo corredor vial y paso obligado del transporte de carga y pasajeros; incluso más, si se llegara a concretar la construcción de la vía Cambao-Armero-Libano-Murillo-Manizales, que por el momento no es más que una incipiente propuesta.
No obstante, a pesar de las proclamas de nuestro Presidente, considero que faltó el centavo para el peso en algunos aspectos de vital importancia para el Tolima, que a pesar de haber sido mencionados por algunos de los distinguidos asistentes no surtieron ningún compromiso concreto por parte del primer mandatario.
Por ejemplo, reconsiderar la distribución de las anunciadas 100 mil viviendas de interés prioritario para los municipios de cuarta a sexta categoría a los cuales solo les tocó el 20 por ciento del pastel; la dotación de por lo menos un kit básico de maquinaria para cada municipio que permitiría mejorar substancialmente las vías de comunicación, sobre todo en los municipios de la cordillera que podrían verse afectados frente a una eventual erupción del nevado del Ruiz y algunas otras inversiones urgentes en otros municipios del sur del Tolima, no tuvieron oídos receptivos en el Acuerdo para la prosperidad.
Finalmente, la petición para que el señor Presidente en esta época de cambios en el gabinete, pensara en algún tolimense como posible ministro, simplemente fue motivo de silencio y no asomo, por lo menos en este encuentro, ninguna posibilidad para el pueblo que tiene todo para reclamar presencia de sus mentes brillantes en las más altas dignidades de nuestro país.
Así se tituló el acuerdo para la prosperidad presidido por nuestro presidente Juan Manuel Santos el pasado sábado en el cálido municipio de Honda; connotados personajes de la sociedad tolimense, una multitud de políticos criollos y uno que otro lugareño interesado en los anuncios presidenciales.
Credito
CÉSAR PICÓN
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