Los próximos días serán de gran debate nacional por causa de la reforma tributaria estructural que el Gobierno presentará al Congreso. La reforma, necesaria según los expertos en macroeconomía, llega en un momento de poco capital político del Gobierno debido al triunfo del No en el pasado plebiscito.
Estos debates siempre inician con la conveniencia del mismo. ¿Por qué dicen los expertos que es una reforma necesaria? La respuesta se pueden resumir en dos grandes temas: el hueco fiscal y la regla fiscal.
El hueco fiscal, provocado por la caída de los recaudos tributarios que generaba el sector petrolero por la no recuperación del precio internacional del petróleo, es de unos $23 billones al año.
De otro lado, la regla fiscal obliga al Gobierno central reducir el déficit en 2018 por debajo de 1,9% del PIB y en 2022 por debajo de 1% de manera permanente. En palabras más sencillas el balance fiscal exige que el Gobierno nacional busque nuevos ingresos permanentes para cubrir el hueco. Este punto es crucial debido a que se relaciona directamente con el grado de inversión del país promovido por las calificadoras de riesgo.
Y otro punto que también justifica la reforma es porque a partir de 2019 desaparece la sobretasa del Cree y ese año empieza a desaparecer el impuesto del 4xmil causando menos ingresos al fisco nacional.
Los expertos proyectan que de no hacerse la reforma, el país podría caer en una crisis como la ocurrida a finales del siglo XX, una de las peores de la historia reciente en Colombia.
La otra pregunta obligada en este debate es ¿de donde saldrá la plata para cubrir el hueco fiscal? La comisión de expertos creada por el Gobierno sugirió que se debe elevar de 16 a 19 por ciento la tarifa general del IVA. Obviamente la preocupación es que el incremento llegue a la canasta familiar. Si se grava con más impuestos la canasta familiar, el afectado directo será el consumidor, que verá cómo disminuye su capacidad adquisitiva real.
La cascada de nuevos impuestos se conocerá mañana, siendo los más polémicos la simplificación del impuesto a la renta en que las personas naturales comenzaran a declarar a partir de ingresos superiores a un millón 500 mil pesos: la tarifa comenzaría en el 2.5%, hasta llegar a un máximo del 35%, y la simplificación de las obligaciones de los pequeños comerciantes en el pago del IVA, Renta y Retefuente a tarifas entre 40 mil y 80 mil pesos mensuales, cuando los ingresos oscilen entre 41 y 83 millones de pesos.
Así las cosas, ¿cómo sorteará el Gobierno nacional un debate tan delicado en medio de las dificultades del proceso de paz? La respuesta sólo la conoce el Gobierno, ya que es evidente que la reforma estará ligada al proceso de paz y hasta que no se conozca el nuevo acuerdo la incertidumbre frenará los mercados y la política.
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