Al alcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez, le fue bien en el año que está por terminar. Es la percepción favorable que hoy se reconoce. Hasta la encuesta del noticiero CM& comenzó a señalar esa tendencia de favorabilidad. Me entusiasma que le vaya bien.

Hoy, los ciudadanos vemos con beneplácito el avance en la pavimentación de las vías, producto de la inversión del empréstito aprobado por el Concejo para tal fin, empréstito que también dará resultados próximos, en infraestructura escolar.

Durante el año que ya expira, circularon versiones sobre la remodelación de la Unidad deportiva, sobre las inversiones en el acueducto alterno y sobre la posible implementación de valorización. Sin embargo, se sigue teniendo dudas sobre cuál sea la decisión sobre estos asuntos.

Esperamos que nuestro alcalde, en su informe de gestión del próximo viernes, se refiera al tema.

En el tiempo restante, vendrán hechos positivos, que estoy segura, incrementarán la opinión favorable. Están las inversiones en escenarios deportivos para los juegos nacionales, que beneficiará la ciudad. En la Unidad Deportiva, habrá remodelación de las piscinas Olímpicas, construidas para los novenos juegos, efectuados en 1970. El coliseo tiene problemas históricos de acústica, que deberán ser solucionados. Es hora de que la ciudadanía se prepare emocionalmente, para que se convierta en excelente anfitriona. Debemos tener y preparar desde ya unas buenas selecciones en los deportes que comprenden estas justas, que se desarrollarán en el Tolima y en el Chocó.

Apoyo una decisión contundente a la valorización, la ciudad necesita la contribución de todos para construir obras que permitan el avance en la infraestructura vial, pero se requiere de todos, gradual y proporcional según los estratos socioeconómicos.

El actual secretario de Educación, Diego Guzmán, y el alcalde Luis H. anunciaron la inversión en infraestructura escolar, con recursos de crédito (8 mil millones), cofinanciación del Ministerio y recursos adicionales de Ley 21 del 82.

Recuerdo que el tema básico de debate en la campaña electoral pasada, se hizo en torno al acueducto para Ibagué. Percibo que la opinión pública tiene dudas sobre el logro final de este asunto, quedan dos años para presentar resultados concretos a dicho nivel.

Las instituciones de educación superior tienen mucho que aportar, deben hacer visible su participación desde el conocimiento, el desarrollo tecnológico y la innovación, que con seguridad, pueden contribuir a la solución en este campo.

Finalmente, deseo en nombre de mi esposo, Luis Eduardo Chamorro Rodríguez; mis hijos, Jonathan Iván y Libia María del Mar Mejía Rojas, y en el mío propio, una Navidad de mucha unidad, amor y buen trato en todas las familias tolimenses y un Año Nuevo próspero, donde cada uno de los habitantes aporte en la construcción de una mejor ciudad.

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