El estudio realizado por la Fundación Compartir, en cabeza de los investigadores: Jaramillo, Maldonado, Perry, Rodríguez, Saavedra, de la Universidad de los Andes, titulada: Tras la Excelencia académica del docente. Cómo mejorar la calidad de la educación para los colombianos, ha logrado la mirada del Gobierno nacional, con el fin de incorporarla como política pública, en pro de la calidad educativa, a partir del reconocimiento a la profesión docente.
Al revisar indicadores de calidad producto de investigaciones en cuatro países reconocidos internacionalmente por su calidad educativa, los investigadores demuestran que Finlandia y Canadá, se identifican teniendo en cuanta como primer factor la formación previa al servicio, la formación en servicio, la retención y promoción. Mientras que Singapur y Canadá, le otorgan más valor a la promoción y evaluación y al mejoramiento continuo.
El presidente Santos, tras conocer el resultado del estudio, anunció que en el 2025, Colombia podría ser el país mejor educado de América Latina.
Sin embargo, se prenderá el debate, para que se haga realidad la propuesta de lograr que los mejores bachilleres del país se inclinen por la profesión docente y que además, las mejores universidades abran sus facultades de educación porque no es suficiente con preparar pedagógicamente en un año a profesionales de otras áreas, para formarlos como docentes.
La Universidad de los Andes debería ir pensando en formar educadores excelsos, ciudadanos del mundo, brillantes, cualificados y competentes en todas las dimensiones, investigadores de talla internacional, bilingües, capaces de ser resolutores de problemas, con habilidades y destrezas tecnológicas, con capacidad escritural, que orientadores de clase y no quienes dictan la misma; que cierren la brecha entre la educación secundaria y la terciaria y entre esta última y el mundo laboral.
Si los incentivos se convierten en verdadera política pública y se atraen los mejores bachilleres, en 10 años, el país estará avanzando hacia niveles, que permitan competir internacionalmente y un ranking más posicionado en pruebas Pisa, Timms, Cerse, entre otras.
Así podremos hablar de profesionales competentes, puesto que es otra gran debilidad del país, la falta de competitividad que nos retrasa frente a países como Estados Unidos, donde un empleado logra realizar la tarea en un día, para la cual un colombiano requiere de cinco.
Según el estudio contratado por la Fundación Compartir, en 2012, según Spadies del Ministerio de Educación Nacional, el número de inscritos en programas universitarios por áreas del conocimiento, fue de 210 mil, frente a 60 mil para Ciencias de la Educación.
Será sencillo posicionar en primer lugar la profesión docente, si desde la Presidencia de la República, se hace realidad la política de Estado planteada y no como una coyuntural propuesta en época de campaña.
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