Educación a distancia para docentes (2)

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Las declaraciones de la ministra de Educación, María Fernanda Campo, frente a la propuesta en construcción de los “Lineamientos de calidad para las licenciaturas en educación”, se convirtieron en motivo de comentario y debate en diferentes escenarios universitarios, en los últimos días.

Los lineamientos no son más que una propuesta en construcción, que bien podría o no ser adoptada para convertirla en norma, más adelante. Pero, independientemente de las modificaciones que se tenga en cuanto a los programas de licenciaturas, los estudiantes ya matriculados de todos los semestres de las modalidades a distancia, semipresencial o virtual, deben tener total tranquilidad, porque sus derechos, como la misma Ministra lo ha confirmado, son garantizados constitucionalmente, toda vez que se convierten en derecho fundamental por conexidad con el derecho a la igualdad. Las garantías que se le debe preservar a todo estudiante de las modalidades mencionadas, para que opte su título al terminar su carrera, una vez cumpla con los requisitos pactados desde el mismo momento que se matriculó, serán una realidad.

Ninguna norma de inferior categoría de la pirámide de Kelsen, está por encima de la Constitución Política de Colombia, en pie de igualdad solamente se encuentran los tratados internacionales que versan derechos humanos y que llenan vacíos constitucionales para proteger, no para vulnerar, razón por la cual los derechos adquiridos se mantienen y respetan para todo ciudadano colombiano.

Pero interpretando la propuesta, hay que decir que se está totalmente de acuerdo con la búsqueda de la calidad y la exigencia de la 15 condiciones que declara el Decreto 1295 de 2010, norma que establece las condiciones de calidad para el registro calificado de programas que oferten las instituciones de educación superior en el país. El citado decreto busca de manera exabrupta que las modalidades presenciales y a distancia cuenten exactamente con las mismas condiciones, siendo que se trata de modalidades distintas.

Pero se percibe claramente que se están distrayendo las verdaderas soluciones, se está cayendo en la trampa, el problema es independiente de la modalidad académica que se desarrolle, pese a que es real la baja calidad de la educación en el país, según lo demuestran los resultados de las diferentes pruebas externas. Habrá que exigir un puntaje para seleccionar los mejores aspirantes a licenciaturas.

Igualmente tendrá que ser riguroso el proceso de selección moral, psicosocial, ética y disciplinar del docente para todos los niveles. Se requiere dignificar la profesión docente, no es razonable que esté equiparada a profesiones de bajo estatus, cuando la responsabilidad social es enorme.

Pero aquí se debe pasar cuenta de cobro a las políticas ministeriales, que históricamente no le han dado la importancia y trascendencia que tiene el maestro y pretenden de manera intempestiva desconocer la trayectoria e importancia del modelo a distancia, semipresencial o virtual.

Estoy segura que se desconoce el significado de esta modalidad para las poblaciones más retiradas de nuestro país.

(Léala completa en nuestra página web)

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS

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