Por lo visto, el Festival Folclórico Colombiano, que acaba de terminar en Ibagué, ha sido uno de los más concurridos, a pesar de su coincidencia con el mundial de fútbol que se realiza en el Brasil. Merece un aplauso el compromiso demostrado por la Administración municipal en el desarrollo de las festividades de San Juan y San Pedro, teniendo en cuenta el esfuerzo por garantizar la seguridad de la ciudadanía, la protección de las zonas verdes, el interés por desarrollar el amor por lo nuestro, la disposición de tablados populares en la 42, Picaleña y El Salado y la presencia permanente y en pleno de nuestro alcalde Luis H. en compañía de la primera gestora y del gabinete local.

Sin embargo, se siente la necesidad de apoyar y rodear a la administración desde cada uno de los ciudadanos, de los medios de comunicación, los empresarios, los administradores de los distintos centros comerciales y almacenes, porque de la actitud de cada quien depende una ciudad libre de papeles y basuras, una ciudad que pueda escuchar la música colombiana, pero que al encontrarse con decibeles tan elevados en los equipos de sonido es difícil el disfrute de las canciones que nos enseñaron desde niños y que pudimos aprender en veladas familiares, donde nuestros padres al son del tiple y la guitarra dejaron en nuestra memoria a Silva y Villaba, a Garzón y Collazos y a tantos y tantos que arraigaron el amor por el Tolima a pesar de que estuviésemos radicados en departamentos distintos, para mi caso, en Valle del Cauca.

Las nuevas generaciones tienen derecho a saborear la música tolimense, pero es necesario que los medios de comunicación, en una alianza por la cultura, se unan mucho más y lleguen a todos los hogares; que los comerciantes contribuyan a un ambiente tolimense, es la oportunidad para exaltar lo nuestro.

El alcalde Luis H. Rodríguez y su equipo tienen el mayor interés por hacer de Ibagué una ciudad más amable: unámonos a este proyecto e involucremos a nuestros jóvenes desde todas las instituciones educativas, desde cada familia, porque de otra manera es imposible lograr resultados positivos.

La ciudadanía deberá intervenir en la protección de lo público, porque es imperdonable que desadaptados sociales se dediquen a destrozar las tapas de desagües que están ubicadas a lo largo de la carrera Tercera en la vía peatonal, se apropien de las tapas metálicas de los contadores y acaben las vías poniendo en riesgo la vida de los transeúntes.

El sentido de pertenencia no está arraigado en los ibaguereños, es urgente que se intervenga para que cada quien sienta lo que es de todos como propio, que nos duela el maltrato a los prados, a los templos, a las vías y al ambiente. En Medellín todos los habitantes protegen el Metro de manera masiva, nadie, absolutamente nadie, permite que un niño se pare en una silla, todos unidos protegen su preciado bien.

¿Qué nos hace falta en el Tolima para unirnos todos en pro de lo nuestro? ¡Qué sencillo trabajar como un equipo, más precisamente como nuestra Selección Colombia, que ha dado ejemplo al mundo de unidad, de buen trato, de apoyo, de trabajo colectivo y sin envidias, todos en búsqueda de la misma meta: ganar! ¿Es tan difícil que nos unamos en Ibagué y en el Tolima para apoyar nuestra administración y lograr mayores avances, todos en beneficio de cada habitante?