El discurso del presidente Santos dio claridad sobre los grandes ejes temáticos y programáticos de su nuevo mandato, mostró su elocuencia y capacidad argumentativa. Planteó la meta de la paz, y lograr hacer de Colombia la más educada de América Latina.
No será fácil, porque el país tiene brecha amplia de inequidad, que empieza por los ingresos y la posibilidad o no de empleo de sus habitantes, hecho que delimita claramente las satisfacción de necesidades básicas.
Me centro en cuanto se anuncia para educación. Es de público conocimiento que la educación oficial y privada, establece diferencias y marcada discriminación, pese a que ambas son públicas, pero dirigidas a estratos socioeconómicos que desde la primera infancia se ubican en orillas diferentes, lo cual permite avizorar el destino profesional de cada quien, o el ámbito en que pueda desenvolverse.
Bien lo planteó Sergio Fajardo, cuando señaló que las diferencias estaban marcadas entre su pequeña hija y la hija de su empleada del servicio doméstico, desde el momento en que se ingresaba al primer grado de escolaridad, porque pese a que la educación es un servicio público, la diferencia entre lo oficial y lo privado, divide y marca las posibilidades.
El sueño plasmado en el Plan de gobierno, de hacer de Colombia la más educada, puede darse siempre y cuando la mirada sea benigna en toda dimensión. Las condiciones de selección para quienes van a ser docentes deberán ser altamente rigurosas, pero el salario tendrá que ser digno, acorde con la importancia que debe ganar la educación en el país y por lo tanto la profesión docente que en países como Finlandia, India, Corea, Canadá, Singapur, constituye alto reconocimiento e importancia en la sociedad, porque de los docentes dependen en gran medida el desarrollo y el avance en ciencia, tecnología e innovación.
Como lo dijo nuestro recordado filósofo Guillermo Hoyos, “no basta un pueblo preparado para la libertad, se requiere de un pueblo educado para ello”, y, aún cuando la propuesta es que los maestros sean los héroes del país, deberá ofrecérseles condiciones dignas y de equidad, porque en manos de ellos estará la formación de mentes y almas, la posibilidad de formar para la crítica de manera constructiva y propositiva, porque es muy fácil el discurso para descalificar sin que haya aportes.
Que las mentes brillantes sigan en el país debe ser un reto como plantea el Presidente, habrá que incrementar las becas para Colciencias para un porcentaje significativo de doctores dedicados a cualificarse y convertirse en investigadores y docentes de primer orden.
La deuda con la educación en Colombia es histórica, irrita y confunde las condiciones en muchas instituciones educativas en las que se incumple la obligación del Estado desde el núcleo fundamental del derecho a la educación en muchos municipios de Colombia.
El nuevo cuatrienio tendrá que hablar de nuevo de calidad, pertinencia y ahora equidad. Quiero ver los menores de edad de los distintos niveles escolares, al mismo nivel de bilingüismo, investigación e intercambio cultural que se plantee en los colegios privados. Finlandia cierra la brecha entre lo oficial y lo privado, porque el mayor porcentaje de escuelas es del Estado, goza de las mejores condiciones y el mayor reconocimiento de sus docentes en la sociedad, requieren de seis horas en el aula, que utilizan de manera óptima, gracias a la motivación.
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