Una lección de calidad interpretativa fue la que nos entregaron los integrantes del Trio de Viena, BogdanBožovic, violín, Marcus Trefny, viola y Stefan Mendl, piano, durante el concierto que ofrecieran en la Sala Alberto Castilla del Conservatorio del Tolimael pasado jueves 3 de abril,patrocinado por el Banco de la República.
Me impresionó la entrega amorosa a la interpretación del instrumento por parte de los tres integrantes del conjunto, la compenetración que mostraron con el compositor interpretado y la composición misma, y esa expresión corporal que cautivó porque transmitió su emoción y sus sentimientos por la música a quienes tuvimos el privilegio de estar en el recinto.
Y aunque sé muy poco de música —sólo siento, como artista, la emoción del ritmo y la cadencia de las notas que me remontan a parajes de ensueño y momentos imposibles de describir— pocas veces me había sentido tan complacido en un concierto como el de este grupo de cámara austriaco, precedido de notable fama y un currículo envidiable.
El Trío de Viena ha ofrecido en su carrera internacional conciertos en ciudades como New York, París, Londres, Madrid, Tokio, Sidney y Buenos Aires. Claro, supongo que ahora también podrán colocar en su experiencia su emocionante presentación en Ibagué.
Lamento decirlo, pero no todos los asistentes sintieron la misma emoción, que precede al respeto que se merecen los intérpretes,el recuerdo de los compositores programados, y a la consideración necesaria con los demás asistentes que, como yo, necesitan concentrarse para disfrutar a plenitud de lasolvencia de los intérpretes.
Lo cierto es que celulares inoportunos, toses de algún paisano resfriado, voces de niños y golpes de algunos objetos sobre el piso, conversaciones sin lugar, aplausos fuera de tiempo y algunas risas, estuvieron a punto de romper la magia de una presentación impecable.
Yo no sé si seaporque se nos haya olvidado escuchar música o ya sea necesariala repetición de la enseñanza, o que se aprenda a reprimir el entusiasmo hasta que la obra se desarrolle completa, lo cierto es que va a tocar reaprenderlo.
Gracias a la labor cultural del Banco de la Repúblicapudimos darnos la oportunidad de escuchar a un trío que por más de veinte años ha tocado en salas de conciertos delos cuatro continentes y ha grabado discos con los mejores compositores de la historia.
También somos parte del mundo, por supuesto, e imagino que ellos sintieron emoción al presentarse en una ciudad enclavada en el interior del país a la que, posiblemente, hayan oído mencionar como la ciudad Musical de Colombia.
Y en un escenario que es parte de nuestra herencia cultural, de nuestra identidad y de nuestro orgullo, la sala Alberto Castilla, del Conservatorio de Música del Tolima.
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