Otra vez el PAE

La Personería municipal alertó sobre serias deficiencias en la alimentación que reciben los niños en algunos colegios de Ibagué, manifiesta que los alimentos se ven en mal estado, no corresponden al gramaje que debería tener cada ración, ni mucho menos es adecuada la distribución proteínica y calórica de los mismos.

La plata de la comida de los niños es sagrada, pero eso pareciera poco importar a contratistas y funcionarios que tienen a cargo el Programa de Alimentación Escolar en Ibagué. Nuevamente se conocieron esta semana irregularidades en la ejecución del PAE, y lo peor es que son los mismos operadores que vienen teniendo cuestionamientos desde hace un buen tiempo, Construyamos Colombia.

La Personería municipal alertó sobre serias deficiencias en la alimentación que reciben los niños en algunos colegios de Ibagué, manifiesta que los alimentos se ven en mal estado, no corresponden al gramaje que debería tener cada ración, ni mucho menos es adecuada la distribución proteínica y calórica de los mismos.

En el colegio Leonidas Rubio, según lo dicho por Camilo Ossa, personero de Ibagué, ni siquiera se estaría entregando las porciones contratadas, y habría faltantes. En el Diego Fallón, únicamente 26 gramos de proteína están recibiendo los niños, mientras que deberían ser 58, y eso en términos coloquiales, significa que se les está dando poco arroz y poca papa, lo cual no permite una sana nutrición y lo que es peor, representan recursos que se están perdiendo o embolsillando ahorrando costos.

4.590 millones de pesos, es el valor del contrato del PAE en Ibagué, y el cual comprende 151 sedes educativas de la ciudad, con desayunos y almuerzos, beneficiando a unos 21 mil niños, durante 70 días del calendario escolar; y hoy valdría la pena que el supervisor de ese contrato, realizado por medio de la Bolsa Mercantil, argumente con fundamento a los cuestionamientos del Personero, pero con objetividad, con la mano en el corazón, indicando, si en efecto, se le está incumpliendo a los niños de algunas sedes.

¿Será que no hay nadie capaz de cumplir con la labor de alimentar a los más pequeños, con honradez y dignidad?

REDACCIÓN EDITORIAL

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