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Una de ellas es Flor Alba Rosas Páez, quien en su tienda 'Flo', ubicada en el barrio Pueblo Nuevo, recuerda los momentos que compartió con su amigo, aquel quien llevaba almojábanas y ella le daba café o cuando se acercaba con buñuelos ella le compartía Pony Malta.
En su tienda, y mientras despacha unas empanadas, cuenta el día que conoció a 'Manolo', fue en 2019, ella sabía de sus hazañas, de ser uno de los cuatro únicos colombianos, hasta el momento, en ascender las siete cumbres del planeta.
“Casualmente lo conocí en la calle, él pasaba en la bicicleta y lo saludé, 'oiga Manolo' y se asomó por la ventana, le dije, 'yo lo admiro mucho, siga y se toma algo'. Entró, hablamos y a los ocho días volvió, casi siempre traía almojábanas, buñuelos y compartíamos.
“Poníamos en el televisor imágenes de la montaña, lo presentaba a la gente que estuviera acá, algunos lo reconocían y los saludaban, era muy chévere”, cuenta 'Flo'.
Entre esas tertulias, llegó el día en que salió a una caminata grupal con Manolo, y luego de esas llegaron otras, e incluso salían a caminar por Calambeo, ella lo dejaba en su casa, otras veces salían 'Manolo', su esposa Evoly y 'Flo'.
Grande
Los colombianos siempre recordarán la hazaña de 'Manolo', ser el primer colombiano en alcanzar los 8848 metros del Everest, por supuesto, 'Flo' siguió las noticias y empezó a leer a indagar su historia, sin saber que años más adelante serían grandes amigos.
“'Manolo' fue un ser grande, quien mejor nos representaba en el ámbito deportivo. Él me prestó literatura de montaña, leí unos seis libros, incluido cuando subió al Broad Peak. Luego publicaron 'Manolo Adentro', acá lo vendí en la tienda.
“Luego sacaron un libro de fotografías familiares, de sacaron solamente 12 ejemplares y yo soy una de las afortunadas, me reconocieron por la amistad, la familia ha sido chévere conmigo”, agrega.
De su forma de ser, cuenta 'Flo' que siempre se destacó por su amabilidad, porque aunque llegara gente acá que apenas lo conocía, él le tendía la mano con una calidez que demostraba su verdadera grandeza.
Finalmente y mientras pasa las hojas de los dos ejemplares que guardan la historia y las mejores fotografías de este ibaguereño que dejó en alto el nombre del Tolima y de Colombiano en los cinco continentes, dice 'Flo' que no lo recordará con tristeza sino como un ejemplo para los montañistas.
“Quienes lo conocimos y seguimos sus pasos, las rutas que hizo en Los Abechucos en Ortega, porque él fue a explorarlos, lo llevaremos siempre con nosotros en el corazón, pues entendimos lo que nos quiso enseñar, la pasión por la montaña, el silencio y lo agreste de los caminos, nos dejó muchas enseñanzas”, apostilló 'Flo'.
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