Uno de los grandes descubrimientos a finales del siglo XIX fue los rayos X o radiación ionizantes, a cargo del físico Alemán Wilhelm Conrad Röntgen el 8 de noviembre de 1895, un descubrimiento que revolucionó las ciencias médicas por hacer visible lo que, a simple vista, el ojo humano no puede visualizar. Con el tiempo y la misma curiosidad humana, este importante descubrimiento se aplicó a muchas áreas del conocimiento como la industria y el arte, entre otras profesiones.

Años atrás, la persona de radiología que tenía funciones de manejo de equipo, carecía del conocimiento disciplinar, de modo que su papel no era tan relevante sino de tipo operativo, ya que era su función principal, por tanto, se le denominaba técnico de rayos X. Con el tiempo, se vio la necesidad de formalizar la educación y darle el lugar correspondiente a la labor tan importante que dicho personal realiza en la actualidad.

Fue así como surgió la carrera de Tecnología en radiología e imágenes diagnósticas en Colombia, una profesión que brinda la oportunidad de que el técnico adquiriera conocimientos más profundos de anatomía descriptiva, bioquímica, procedimientos de enfermería, física radiológica, protección radiológica, anatomía radiológica y alta tecnología, temas primordiales aplicados al campo de las imágenes diagnósticas, de tal manera que el profesional contara con una formación disciplinar y transversal en el desarrollo de competencias propias de su profesión, sin dejar de lado la formación para la intervención y realización de la amplia gama de procedimientos médicos- radiológicos en los cuales se emplean rayos X, convirtiéndose en lo que hoy se conoce como el Tecnólogo en radiología e imágenes diagnóstica en Colombia.

Entre las responsabilidades más apremiantes del tecnólogo, se encuentra la protección a la radiación ionizante que emiten los equipos para apoyo diagnóstico, de allí que la aplicación de la protección radiológica hace parte de la ética de la profesión, basada en el principio ALARA que significa As Low As Reasonably Achievable y se traduce “tan bajo como sea razonablemente alcanzable”, es decir; integra bajas dosis de radiación, tiempos de exposición adecuados y la realización de los estudios con una excelente calidad diagnostica.

El tecnólogo en radiología es la persona de cara al paciente, es quien efectúa el proceso desde la realización del estudio, verificando los datos demográficos, diagnóstico y motivo de la solicitud para la adquisición de un examen óptimo, que aporte una información fidedigna al médico radiólogo quien a su vez, interpretará las imágenes obtenidas por el tecnólogo y posteriormente elaborar el correspondiente reporte que el médico tratante recibirá para así proceder al tratamiento más adecuado para el paciente.

Actualmente, el Tecnólogo en Radiología, debe tener el criterio suficiente para adicionar imágenes complementarias que aporten al diagnóstico certero, de esta manera, se optimiza el tiempo de espera de resultados, evitando así volver a contactar al paciente, agendarlo para la toma adicional que requiera, demora en el reporte del estudio y posterior tratamiento. Es por esto, que se destaca la importancia de una actualización continua en la profesión, que brinda herramientas más sólidas para el ejercicio de la misma.

El tecnólogo en radiología tiene además un rol específico y significativo en el sector salud, por lo cual, esta labor es fundamental para los procesos asistenciales, hace parte de un equipo interdisciplinario, de donde pueden depender muchas decisiones médicas que impactan directamente al paciente y a la calidad en los servicios de imágenes diagnósticas, así como en general a los servicios de salud.

Artículo de Heydy González: Directora del programa Tecnología en Radiología e Imágenes Diagnósticas Fundación Universitaria del Área Andina.