Tolima dice “adiós” a Miguel Ospina Gómez

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Las exequias del reconocido músico y compositor coyaimuno serán efectuadas hoy. Como alguien serio, educado, culto y amante de su tierra y su familia lo definen personas cercanas.

Cuando se apagó la existencia del músico y compositor Miguel Antonio Ospina Gómez, en Guamo, eran las 3:30 de la tarde del 5 de febrero. Él reposaba tras haber almorzado horas atrás, con su familia, en un balneario ubicado en la vía a Espinal.

“Ese día él estuvo bien, con mi mamá y con todos, pero falleció a las 3:30 de la tarde y mi mamá me llamó a las 4:00 a avisarme”, recordó Claudia Patricia Ospina, una de sus hijas, quien añade que dicho deceso se produjo por un paro cardíaco.

Su corazón se detuvo tan solo dos meses después de cumplir sus 77 años de edad, y, según Claudia, su padre tuvo delicado ese órgano vital en varias oportunidades, pero en esos últimos días siempre se le vio “rozagante y lleno de vida”.

“Son los destinos que el Señor dispone; se lleva a sus hijos y a quienes lo aman”, expresó, a la vez que invitó a la ciudadanía a sus exequias, que serán efectuadas hoy, a las 10:00 de la mañana, en la Catedral.

“Sé que él está en un muy buen sitio”, manifestó.

Algo de él
Miguel Antonio Ospina Gómez nació en Coyaima, el 22 de noviembre de 1934. En su etapa de niñez, se mudó a la Capital Musical, a iniciar sus estudios básicos en la Escuela Boyacá. Hacia 1948 ingresó al bachillerato en el Colegio San Simón.

Fue docente en el Colegio Cooperativo; en 1956, gracias a una beca del Concejo municipal, estudió Licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad Nacional, se especializó en Filosofía y fue magíster en Administración Educativa en la Universidad de Michigan, Estados Unidos.

En 1960, contrajo matrimonio con Daissy Peña Gómez. De esa unión fueron provenientes sus tres hijos: Claudia Patricia, Miguel Ángel y Alexandra, herederos de la vocación artística del maestro Ospina.

En la Universidad del Tolima se desempeñó como Profesor de tiempo completo (1962 - 1994), decano de estudiantes (1961 - 1966), vicerrector académico (1973 - 1974) y representante del Ministro de Educación ante el Consejo Superior (1974).

Además, fue rector del colegio San Simón (1975 - 1977), vicerrector académico del Conservatorio del Tolima (1992 - 1993) y rector del mismo (1999 - 2001).

En la Universidad Cooperativa de Colombia fue profesor catedrático en Espinal (1997 - 2003), profesor catedrático en Ibagué (1999-2006) y Director del comité central de investigadores Espinal (1998 - 1999).

Lo que deja
Para algunos de sus amigos, en especial quienes más tuvieron que ver con su trayectoria musical, sin duda su pérdida es incalculable, como el maestro Rodrigo Silva, del dueto Silva y Villalba, quien recordó grabaciones de sus obras más destacadas.

“Infortunadamente, la vida nos está azotando a los compositores e intérpretes. Nos estamos quedando cortos. Es una pérdida muy grande; el Tolima está de luto y él aún se veía totalmente entero. Tuvimos la gracia de ser sus amigos y amigos de su familia.

“Con él departimos y tuvimos la suerte de grabar sus primeros éxitos, de tantos que tenía, como 'Qué más quieres de mí', 'Dulce Coyaima indiana' y 'Noche de San Juan'”, manifestó, y agregó que “sus temas marcaron pauta en el pentagrama colombiano”.

Y finalizó diciendo que la amistad entre ellos continuó, pese al alejamiento musical que llegó a existir entre ellos debido a las labores de Ospina Gómez como docente y directivo. “Él fue alguien muy serio, educado y culto”, señaló.

Entre tanto, para el músico ibaguereño César Augusto Zambrano Rodríguez, lo que más se destaca del fallecido compositor es su capacidad para integrar los sentimientos del pueblo tolimense en sus canciones.

“Supo interpretar como un radar los sentimientos, pasiones, aventuras y afectos de nosotros para volverlos sonidos”, indicó, a lo que añadió que “registró a través de su música los momentos cotidianos de los campesinos”.

Y puntualizó que él y el maestro Ospina guardaron afecto mutuo, que “fue un hombre muy culto, de buenos modales y de cuidado en cada palabra: usaba una palabra precisa y pensada, y era muy inspirado en sus cosas”.

En su familia
Para Daissy Peña de Ospina, con quien comparte unión marital desde 1960, el testimonio que le queda del coyaimuno es “el servicio que prestó como profesor y compositor, poeta y filósofo. Me muero al ver que se me fue pronto”.

“Su labor musical es grande y fue su hobby, porque la labor más importante para él fue como educador, pues dedicó a ello 50 años en el Departamento, con alma y vida”, expresó.

Destacó, de igual manera, que interpretaba muy bien el tiple, y que, además, él “no era de hacer montones de canciones, porque el que hace montones hace mala calidad. Escribió ensayos, pero muy calculados”.

Según Daissy Peña, “él quiso que lo recuerden como un hombre bueno, sano y digno de representar el Tolima. En realidad en el Tolima es muy difícil que su obra se difunda”.

Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ

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