Quizá otros compositores hayan escrito más temas en menos tiempo, pero pocos han logrado tantos éxitos en tantas voces como este hijo de Valledupar, que apenas cruza los 44 años de edad, y que al hablar con él da la sensación de que lo mejor en su obra está por venir. 

Ómar nació para la música, para el vallenato, pues todo lo que se propone en este arte; no sólo lo hace bien, suele convertirse en el mejor. Primero en el acordeón, convirtiéndose en el Rey Vallenato Infantil, Rey Vallenato Aficionado, en 1987; Rey de Reyes en la misma categoría y Rey Vallenato en 1989.   Desde la ejecución de este instrumento lideró por más de dos décadas la agrupación “Los Diablitos”, pieza clave en la construcción de un nuevo sonido en la música vallenata. Cómo no mencionar “Los caminos de la vida”, una de las primeras composiciones de Geles y que hoy por hoy es un clásico de la música ­colombiana. 

Con todo el éxito, la fama y el reconocimiento, Ómar Geles sintió el llamado de Dios y, al aceptarlo en su corazón, se dio cuenta de que no podía seguir con una agrupación que llevara ese nombre.  Desde comienzos del nuevo milenio intentó cambiar, haciéndose llamar “La gente de Ómar Geles”, pero todo intento parecía misión imposible. 

“Cambiamos el nombre, pero cuando nos contrataban quienes promocionaban los shows nos seguían llamando ‘Los Diablitos’, e incluso muchas veces nos contrataban con la condición de llamarnos ‘Los Diablitos’. Realmente no estaba cumpliendo a Dios la promesa que le había hecho”, comentó Ómar Geles. 

Por eso, en diciembre de 2009 decidió definitivamente terminar con su agrupación y comenzar un nuevo proyecto casi de ceros, como solista, bajo el nombre de Ómar Geles, donde él interpretaría todas las canciones, dejando a un lado el acordeón, pero sólo en los escenarios, pues es un instrumento que aún hoy en día lo apasiona. 

“El testimonio más bonito que le puedo dar a la gente es que cumplir a Dios sí paga. Cuando decidí terminar de verdad con ‘Los Diablitos’ y lanzarme como intérprete las cosas han salido mucho mejor de lo que esperábamos. Llevamos más de 160 conciertos en este tipo, el disco gustó muchísimo y ya estamos preparando un nuevo álbum. Vale la pena cumplirle a Dios”.

Éxito completo

Hoy en día, es uno de los artistas vallenatos que más toca en el país, y su agenda está repleta de presentaciones para lo que resta de este año.Pero hay que ser justos: Ómar Geles “juega con ventaja” con respecto a sus colegas. De las más de 800 canciones compuestas, 600 han sido grabadas por diferentes artistas, de las cuales un centenar han sido número uno en las emisoras vallenatas del país. Junto a ellas, el repertorio que por más de dos décadas construyó con “Los Diablitos”.

Así, necesitaría de shows de 10 horas de duración para cantar sus número uno, sin repetir canción y mucho menos presentar nuevos temas.Afirma que la inspiración no lo ha abandonado desde que empezó a componer hace 25 años. “Lo que mejor hago es tocar el acordeón, pero luego descubro que Dios me dio el don de componer.

En 1986 empiezo a escribir y me empiezan a grabar diferentes grupos vallenatos”, continúa Ómar Geles quien, hasta el sol de hoy, canción que compone y le graban, tiene un 90 por ciento de posibilidades de convertirse en éxito.Para los apasionados del vallenato, el nombre de Ómar Geles es una emine­ncia y hace parte de las “grandes ligas”­ de este género musical.

Pero para quien gusta del vallenato pero no es “gomoso” del detalle y la investigación, quizá su nombre no sea tan reconocido.Sin embargo, si se empieza a hacer una lista, sólo de sus éxitos recientes, sin duda alguna será la mejor forma de reconocerlo como un señor maestro de la composición.

Primero está la ya mencionada “Los caminos de la vida” y “Cómo le pago a mi Dios” interpretada por “Los Diablitos”, “El amor más grande del planeta”, Felipe Peláez; “Cuatro Rosas”, Jorge Celedón; “Duele”, Daniel Calderón; “Cómo te pago”, Iván Villazón; “No puedo”, K-vras; “La aplanadora”, Jorge Oñate, y “Por querer olvidarte”, Nelson Velásquez. Estas son sólo algunas de las canciones con el sello Ómar Geles y que no pueden faltar en parranda vallenata alguna.