De acuerdo con el boletín, el denominado ‘León dormido’ mantuvo un comportamiento inestable, caracterizado por niveles bajos a moderados en su actividad y fluctuaciones especialmente en la sismicidad y en la desgasificación.

En comparación con la semana anterior, las principales variaciones en los parámetros monitoreados fueron la sismicidad relacionada con la dinámica de fluidos en el interior de los conductos volcánicos, pues aumentó en la energía sísmica liberada. 

Los niveles de energía de las señales fueron variables con valores bajos a levemente moderados. A lo largo de toda la semana, se registraron señales sísmicas asociadas a emisiones pulsátiles de gases o ceniza a la atmósfera, pero estas disminuyeron respecto a la semana anterior. 

Asimismo, entre el 27 y 29 de octubre aumentó el registro de las señales asociadas a emisión continua de gases y ceniza. A su vez, la actividad sísmica asociada al fracturamiento de roca en el interior del edificio volcánico disminuyó en el número de sismos registrados y en la energía sísmica liberada. 

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La mayoría de los sismos fueron de magnitudes menores de 1 y se localizaron principalmente en el cráter Arenas y en los flancos oriental-suroriental distal, nororiental del volcán, y de manera dispersa, en el flanco suroccidental, a distancias de hasta aproximadamente 12 km respecto al cráter Arenas. 

Las profundidades de los sismos variaron entre 1 y 7 km con respecto a la cima del volcán. Además, se registró sismicidad de nivel de energía bajo, los días 24, 25, 26 y 30 de octubre, relacionada con la actividad del domo (protuberancia o montículo) de lava ubicado en el fondo del cráter.

La entidad reseñó que en el volcán continuó la emisión de vapor de agua y gases a la atmósfera. Aunque durante la mayor parte de la semana la dirección preferencial del viento no favoreció las estaciones de medición del dióxido de azufre (SO2), las tasas de desgasificación de este gas estuvieron variables y mostraron un valor máximo el 30 de octubre, que corresponde al flujo diario de desgasificación de SO2 más alto registrado en este mes. 

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Así pues, la altura máxima de la columna de gases y ceniza fue de 1.600 m y 1.800 m en vertical y dispersión, respectivamente. Estos valores fueron medidos sobre la cima del volcán el 27 de octubre. En cuanto a la dirección de dispersión de la columna, esta fue variable con preferencia hacia el nor-nororiente del volcán.

“En el seguimiento de las anomalías térmicas desde las plataformas de monitoreo satelital, se detectaron varias en el fondo del cráter, de niveles de energía bajos a moderados. No se descarta que sigan ocurriendo emisiones de gases y ceniza que, de acuerdo con el régimen de vientos que impere en el momento de la emisión, se dispersen hacia centros poblados, generando afectación por caída de este material. Por otra parte, en este estado de alerta volcánica se pueden presentar algunos sismos que pueden ser sentidos”, indicó el SGC.