Los criaderos y mataderos de pollos, al parecer, ilegales y clandestinos, se han convertido en una molestia para muchos habitantes de la ciudad por los posibles focos de contaminación que estos generan.
La Corporación en Defensa de los Derechos Colectivos, Ambientales y Sociales, denunció tres mataderos de aves que serían contaminantes públicos.
El primero ubicado en el barrio La Isla, vía a Boquerón; el siguiente en la vía a Villa María, vereda Cay; y el tercero se encuentra en el sector del barrio El Salado, cerca al cementerio La Milagrosa.
Según esta entidad, el procedimiento que se realiza para el sacrificio de los animales genera que no sea apto para el consumo humano, ya que al parecer no estarían sometidos a ningún tratamiento para asegurar la conservación del producto.
Otra de las razones tiene que ver con la contaminación por aguas residuales, residuos sólidos, olores y ruidos, al igual que la aparente falta en el control de calidad, que de ser así está poniendo en riesgo la salud tanto de los consumidores como de los residentes cercanos.
Según Iván Barragán, director de Salud Pública, en los próximos días se prevé realizar las visitas respectivas a los lugares denunciados con el fin de determinar las acciones a tomar, ya que si estos infringen las normas sanitarias se emprendería el sellamiento inmediato de los lugares.
Invima es la entidad encargada de otorgar la autorización, siempre y cuando se cuente con las normas sanitarias óptimas, es así que la Personería municipal asegura estar atenta ante las conclusiones que emitan los demás organismos de control para analizar las instancias a las cuales hay que llegar con estos lugares.
Galpón
Otra queja es la expresada por los habitantes del barrio La Florida sur, quienes aseguran tener una grave problemática de malos olores y moscas, provenientes de un criadero de pollos ubicado en el sector.
Los residentes de la zona manifiestan que los olores se manifiestan cada 45 días cuando las aves son tomadas para llevarlas al matadero, generando un ambiente molesto durante ocho días aproximadamente.
Al parecer, esta situación se viene registrando desde el 2012, por lo tanto han presentado diferentes denuncias a los organismos de control sin tener una solución a la problemática, ya que en su momento la Secretaría de Salud manifestó que el sitio se encuentra fuera del perímetro urbano y es responsabilidad de Cortolima.
Es así que se emprendió la recolección de firmas por parte de los vecinos del sector y presentaron el oficio de inconformismo ante Cortolima, quienes en una carta radicada el 15 de diciembre del año anterior, informaron que se llevarían a cabo las visitas respectivas para corroborar la información que suministraron y poder tomar las acciones pertinentes.
Alexandra Acosta, presidenta de Junta del barrio La Florida, asegura que luego de esta comunicación no han tenido un nuevo concepto y las cosas continúan igual, aunque según afirma ha tratado tener un nuevo acercamiento con la Corporación Autónoma, pero no ha sido posible.
Los residentes dicen estar ya cansados de la situación que genera incomodidad en todo el sector, ya que posiblemente sería la misma causa que genera malestar en los estudiantes de la Institución Educativa Ciudad Ibagué.
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