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Ya en los años 70 se iniciaba el tránsito hacia Venezuela, que por su boom petrolero ofrecía los salarios más altos de Sudamérica. De igual forma, y de manera incipiente se iniciaba la migración hacia los Estados Unidos, donde se confluyó en New York y Miami, como los centros urbanos donde mayoritariamente llegaban ciudadanos colombianos a trabajar.
Los años de la bonanza marimbera abrieron más caminos de la migración de muchos colombianos a otras tierras. El auge y las facilidades de llegar por avión a diversas partes del mundo abrieron trocha a la que hoy en día, algunos sectores de la investigación social llamamos y no sin algunas discusiones, La Nación Colombiana en el exterior.
De esta Nación colombiana en el exterior hace parte de esa inmensa masa poblacional que por mil razones tuvo que salir de un país rico en recursos naturales, pero pobre en su visión de futuro por parte de sus dirigentes y lleno de violencias, carencia de oportunidades para desarrollar un proyecto de vida digno, además de física hambre y grandes necesidades.
Hoy en día, ante las realidades sociales, económicas y políticas que vive Colombia, muchas personas ven la salida del país a otro, como la única escapatoria a la pobreza con la que hemos vivido en los últimos 50 años. Desde esta serie que iniciamos hoy, analizaremos lo que es la migración colombiana, sus aportes, su lucha para ser sujeto de derechos y la prospectiva de la migración al 2030.
Agradecimientos a las personas que me han permitido escribir por este medio de comunicación, que es para mí, un sueño cumplido.
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