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La violencia que padecen algunas regiones, donde el asesinato de líderes sociales parece sistemático y alarma al mundo, le ha servido a este gobierno para entretener al cacharrero que volvieron ministro para vender el cuento de los calzoncillos rosaditos, que habían dejado en un alambrado de púas unos campesinos después de suicidarse.
Aparecen grupos y subgrupos, unos amparados en apellidos o desengañados de sus antiguas militancia o con el respaldo del gobierno que no da pie con bola. En medio del despelote se escuchan nombres de posibles candidatos, aspiren o no, y otros que siguen tocando cacho. Todos prometen humildad y buenos modales para asegurar que no repetirán lo del coscorronazo que -Vargas Lleras- le chantó en público a un guardaespaldas para poposiarse en su campaña, después que gobernó y quemó toda la pólvora posible en su prepotente estilo, dejando el recuerdo de otros de los chistes pendejos de algunos politiqueros del pasado.
Por ejemplo el abuelo de la Paloma anarkiada, que rebuzna intelectualidad contra los indígenas, es muy recordado por las sonrisas que sacó con sus apuntes nocturnos en el Barrio Santa Fe de Bogotá y por la visita a Palacio que le hizo La Greca, pues al día siguiente, en reunión del gabinete no se repartió tinto por el daño de la greca. Claro que Turbay necesita demasiado espacio. Una vez lo encontró doña Nidia arrancando las matas del jardín y le pidió explicación. Muy sencillo respondió: “Uno de mis nietos me pidió ayuda para sacar una raíz cuadrada para una tarea de matemáticas”.
La situación del país no está para chistes pendejos. A la gravísima situación que padecemos y a lo que nos espera como consecuencia de la pandemia, se suma la desidia con la que se ha gestionado la adquisición de las vacunas contra el Covid-19, la anunciada reforma tributaria con el aumento del iva para los productos de la canasta básica familiar, la eliminación de Colpensiones para que los ahorros de los Colombianos vayan a engrosar las arcas de los fondos privados que están interesados en todo menos en pensionar a los colombianos.
Corrupción, narcotráfico, destrucción del medio ambiente, robo descarado con los contratos de obras públicas en el sector oficial, injusticia, impunidad, inoperancia de los organismos de control, nombramientos oficiales a personas que por títulos y experiencia cargan prontuarios penales y certificados de analfabetismo ético, despojo violento de tierras, abandono del campo, incremento de la deserción estudiantil, abandono de la investigación y la ciencia completan el panorama de nuestra realidad.
Todos esos males unidos a la falta de reconocimiento y fortalecimiento de nuestra identidad cultural y sentido de pertenencia y las fallas del sistema de salud, son temas que merecen propuestas concretas y viables por parte de los aspirantes al voto, pero también la reflexión del elector comprometido con el futuro del país, para que “no bote su voto”.
Ñapa.- “Aquí no hay Extrema Izquierda ni Extrema Derecha… Aquí lo que hay es Extrema Pobreza, Extrema Ignorancia y Extrema Corrupción”!!!! Mafalda
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