“Urgente: Catástrofe en Salud”

José Manuel Restrepo Abondano

Las historias son aterradoras. José Carranza, pensionado de 69 años, sufre de asma crónica y enfrenta una lucha angustiante para acceder a su tratamiento médico.
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Vive con el temor constante de no poder respirar. Esta dificultad en el acceso a medicamentos se debe a demoras en el INVIMA, la insuficiencia de la UPC y retrasos en los giros a hospitales. A diciembre de 2024, 37 hospitales públicos de Antioquia han tenido que suspender servicios afectando a 2 millones de personas. Pero el problema del sistema de salud en Colombia es más profundo que casos individuales.

El sistema sufre un problema estructural: la incapacidad para financiar nuevas inclusiones en el PBS presionadas por sentencias judiciales (206 nuevos procedimientos y principios activos en 2022), el impacto de la pandemia y el caos administrativo reciente. La firma Sectorial estima un déficit de 33 billones de pesos para finales de 2025, 26 billones de los cuales corresponden a 2023-2025. Por eso en la encuesta Guarumo el 25% de los colombianos considera que la salud es el principal problema, con un aumento de 6 puntos porcentuales en 5 meses).

La mala noticia es que esto empeorará y vamos camino a una catástrofe. Fruto de los cambios demográficos, nuevos patrones de morbilidad, nuevas tecnologías en salud y los cambios en los mercados laborales, el gasto en salud crecerá 2 puntos porcentuales del PIB en los próximos años (30 billones adicionales).

Esto no se resuelve con “pañitos de agua tibia” ni eliminando las EPSs como sugiere el espejismo del gobierno. Al contrario, ellas a pesar de todo, han sido las gestoras del riesgo financiero y operativo actual y han contenido una crisis peor.

Una salida esencial es superar las restricciones presupuestales y el gobierno tiene plata de sobra si lo arbitra bien. Debe además redefinir los límites entre el gasto privado y el gasto público, limitar razonablemente las tecnologías que cubre el sistema y encontrar eficiencias en el gasto. Capítulo aparte será acabar con la corrupción del sistema que puede significar cerca de 2 billones de pesos.

Evidentemente se requiere una buena reforma a la salud (no el Frankenstein que está hoy en el congreso) que dignifique trabajadores del sistema, fortalezca la atención primaria y preventiva y disponga de centros de atención primaria en algunas zonas rurales del país, sin perder los avances logrados en cobertura y calidad. No hacer nada o ignorar el sistema, como lo ha hecho el gobierno llevará a que se cierren hospitales y servicios. Necesitamos además muchos más controles de precios en medicamentos de alto valor y dispositivos médicos, y un mejor uso de tecnología (Inteligencia Artificial o telemedicina, por ejemplo). Es necesario además mejorar la coordinación y confianza entre el sector público y privado, generando alianzas que optimicen recursos y permitan un acceso más eficiente a la salud. Esto incluye plataformas de colaboración para compartir información, recursos y conocimientos técnicos, asegurando una atención más integrada y efectiva.

No existe hoy en Colombia problema más urgente y dramático que este. Como académico, esta debe ser hoy una prioridad de reflexión y de soluciones y los invito a construir en ese camino. No sigamos permitiendo que maten el sistema!!.

José Manuel Restrepo Abondano

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