Durante la visita de Shakira a la capital del Atlántico, lo que inició como un simple descanso durante el Carnaval de Barranquilla, se ha transformado en un fenómeno. 

La residencia en la que la reconocida cantante se sentó un instante en un bordillo ahora tiene un precio desmedido de 5.000 millones de pesos. Su costo real, estimado en 300 millones, se incrementó un 1.566%, a causa de su fama imprevista. 

El origen de esa fiebre por el “Bordillo de Shakira” se registró en el Carnaval de Barranquilla. La cantante, disfrazada de ‘Marimonda’, hizo parte de la tradicional Guacherna y, en un momento de reposo, decidió sentarse en el bordillo de una vivienda para tomarse una foto. 

Nadie se imaginó que la imagen se iba a viralizar y que en poco tiempo le daría la vuelta al mundo. 

El lugar, que ahora aparece en Google Maps como el “Bordillo de Shakira”, atrajo a un sinnúmero de propios y turistas que querían recrear la icónica foto. 

Hasta Shakira reaccionó con sorpresa en redes sociales: “¡Ay Dios! ¡No saben cómo me gustó ese bordillo!”.

La repentina atención de los medios de comunicación presentó una oportunidad de negocio para los dueños de la casa. Como primer movimiento comercial, vendieron una hoja del árbol frente a la propiedad, supuestamente pisada por la cantante, por una suma de un millón de pesos.

Esta venta inusual demostró que la pasión por la estrella no tenía límites y que cualquier objeto relacionado con su visita podría convertirse en algo muy codiciado.

Actualmente, se rumora que la casa entera podría venderse por la impresionante cantidad de 5.000 millones de pesos, un precio que refleja su nuevo estatus como atracción turística. La dueña de la casa, Nohemí Herrera, declaró en una entrevista que ni siquiera se dio cuenta de la visita de la estrella.

"Esa noche estaba viendo una película. Escuché la bulla de la Guacherna, muchos carros y personas por aquí, pero jamás me imaginé que era Shakira. Lo supe al día siguiente cuando me enviaron la foto por Instagram", relató.

El fenómeno del "Bordillo de Shakira" ejemplifica cómo las redes sociales y la cultura digital pueden transformar la percepción de un lugar a través de una simple imagen.

Un simple bordillo en Barranquilla, antes ordinario, se ha convertido en un punto de referencia para los seguidores de Shakira, aumentando su valor de manera significativa, similar al de una propiedad de una celebridad.