Revocatoria

Jaime Eduardo Reyes

Han pensado ustedes por qué se escucha con tanta insistencia en muchos municipios hablar de revocatoria de mandato a alcaldes, por qué existe una creciente inconformidad de los electores con sus mandatarios. La respuesta se explica en el desmonte de la descentralización, la poca capacidad institucional real que tienen los alcaldes para sacar adelante sus iniciativas y el revanchismo de quienes perdieron.

En primera instancia, la respuesta a este fenómeno podría encontrarse en la cruda realidad de los pocos recursos con que cuentan los alcaldes para satisfacer las crecientes demandas de bienes públicos en sus municipios.

¿Puede un alcalde cumplir con su propuesta de campaña o su plan de desarrollo cuando los recursos con que cuentan son pocos y el apoyo del Gobierno nacional es para cumplir con las metas nacionales?

La mayoría de municipios dependen de las transferencias de la Nación las cuales tienen destinaciones previamente definidas por la ley y el Gobierno.

En Colombia poco a poco se ha desmontado el modelo de descentralización y se está estableciendo uno que han denominado delegación de competencias.

Un ejemplo reciente de dicho interés de desmontar los sistemas que apoyan la descentralización es el cambio de destinación que se le quiere dar a los recursos que por regalías deben invertirse en Ciencia, Tecnología e Innovación, bajo el discurso, por supuesto llamativo, de invertir estos recursos en carreteras terciarias, eso sí, aprobadas por el Gobierno nacional con el visto bueno del DNP.

Y como siempre, como ocurrió con la asistencia técnica para campesinos y pequeños productores, por citar sólo un ejemplo, desmontando el sistema, o contracreditado el recurso, al final, nadie responde por la demanda que queda insatisfecha. Los electores terminan responsabilizando a quien tienen cerca, el alcalde.

Ahora bien, la revocatoria de alcaldes se ha convertido en muchos casos en una estrategia política por el poder, muchos procesos arrancan sin comprobarse el incumplimiento de los planes de desarrollo, condición obligatoria y fundamento del proceso de revocatoria del mandato.

La revocatoria se ha convertido en una forma de revancha de grupos políticos, más que de aspiraciones ciudadanas, existe mucho oportunismo político y poca preocupación por la suerte de los municipios. Para superar esta situación el Consejo Nacional Electoral está reglamentando el proceso en el sentido de que se compruebe el incumplimiento del Plan de Desarrollo, o la insatisfacción general como requisito previo al proceso.

Así las cosas, difícilmente esta situación cambiará si continúa el desmonte del modelo de descentralización, si los alcaldes no tienen recursos con destinación libre para sacar adelante sus iniciativas y si no se desconcentra el poder del Gobierno nacional en los gobiernos territoriales.

Lo lamentable de esto es que la clase política que busca y saca los votos en los municipios para representar los intereses de estos en el Congreso de la República han sido cómplices del desmonte del modelo de descentralización y del debilitamiento de las administraciones municipales, motivados en volverse los tramitadores de los recursos nacionales y así perpetuarse en el poder.

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