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Ya estamos a escasos 17 meses del fin del presente mandato y del retorno de su cabeza visible, Gustavo Petro, a las bases del movimiento político y social del que emergió y al cual volverá en condición de soldado. Soldado de vanguardia, pero soldado al fin de cuentas, y esto implica que ya no contará con el halo de presidente de la República, ni con el que tuvo cuando irradiaba sobre la población la certeza de que con él vendría una sociedad más justa y feliz.
Lo anterior representa para el Pacto Histórico una modificación desfavorable de las condiciones de que disfruta en su actual accionar político, y por ello ha querido que su conversión en organización partidaria, a que lo obliga la normatividad vigente, pero que también ha sido un empeño de sus integrantes, se constituya en factor que active sus energías internas, acicatee su iniciativa creadora y estimule su comunicación con las masas, lo cual es vital en momentos en que estas son sometidas a la más insana propaganda de parte de los enemigos del proyecto progresista.
No se trata de una mera intención: al menos en el seno de los partidos que lo conforman: el Polo Democrático Alternativo, la Colombia Humana, la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano y el Movimiento Progresistas, surgido de la escisión de MAIS, se viene discutiendo acerca de las herramientas ideológicas, programáticas y estatutarias con que debe contar el nuevo partido, si quiere hacerle frente de manera exitosa a los desafíos del momento presente, entre los cuales está la continuidad y profundización del proceso de transformaciones inaugurado por el actual gobierno.
Y para que tal discusión adquiera el carácter democrático que se requiere, estos partidos la están extendiendo a la ciudadanía en general a través de una consulta que terminará el 24 de marzo. Las conclusiones a que se llegue servirán de insumo para el debate en el congreso fundacional del nuevo partido, cuya fecha está por definirse. Este nuevo partido se denominará Movimiento Político Pacto Histórico, dado que estará abierto a futuras fuerzas y personas que quieran vincularse y como reconocimiento al posicionamiento que con tal nombre logró la coalición de la cual nace.
Al menos en este aspecto, soplan buenos vientos. Ojalá que con este partido y su denominación se acabe la interinidad político electoral que ha padecido nuestro pueblo desde antes de la creación de la Unión Nacional de Oposición y los posteriores Frente Democrático, Frente por la Unidad del Pueblo y Frente Social y Político, entre muchas otras coaliciones que hemos tenido en el seno del movimiento político popular. Nuestro pueblo así lo reclama.
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