A cultivar la cultura musical

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
El honroso reconocimiento de Ibagué como Ciudad Musical de Colombia debe ir acompañado por el respeto ciudadano a los artistas, por el valor que se le otorgue a las expresiones culturales, por la respuesta a las convocatorias a eventos musicales y por el comportamiento en ellos.

Es pertinente, entonces, recordar ciertas actitudes y comportamientos que se deben apropiar y practicar los ciudadanos, para expresar respeto a quienes dedican horas, días y años de vida a cultivar su  voz o a perfeccionar la destreza para interpretar un instrumento, o la magia para dirigir una agrupación, cualquiera que sea su género y, por supuesto, para que cada uno de los asistentes pueda disfrutar el espectáculo. Veamos algunos de esos aspectos: 

* En toda circunstancia el cumplimiento del horario significa respeto pero, en este caso particular, cuando usted va a asistir a un concierto debe llegar a tiempo, quiere decir un poco antes de la hora fijada para el inicio, aún si las sillas son numeradas, y si no lo son, con mayor razón debe hacerlo para escoger la ubicación de su preferencia.   

Una vez comienza la presentación  musical, ya no deberán ingresar más personas al recinto, pues de hacerlo interferirán no sólo a los artistas, sino que incomodarán a los demás espectadores con el ruido. Y si la organización lo permite, espere y entre durante el intermedio de las canciones.     

Los aplausos son un regalo para los artistas, es la forma en que el público les expresa reconocimiento y ellos lo sienten y agradecen, pero hay que aprender a hacerlo en el momento oportuno: al inicio y al final, no en medio de la interpretación, así sea que en ese momento no esté cantando, pues hay otros artistas que están tocando los instrumentos y merecen igual respeto.     

Hay conciertos en que los artistas animan al público a cantar, o a acompañarlos con las palmas, es el momento de hacerlo, de lo contrario no lo haga, pues seguramente muchos espectadores asistieron o pagaron una boleta con la intención de escuchar la voz del cantante y no la de los vecinos.    

Hay conciertos diseñados especialmente para niños y es importante que asistan para que desde la infancia adquieran al gusto por la música y el arte en general y aprendan a comportarse en forma correcta en los espectáculos, así, cuando sean grandes se sentirán orgullosos de ser nativos de una ciudad que sabe vivir y amar la música.

Ahora bien, en aquellos conciertos que no están diseñados para los niños, resulta una impertinencia llevarlos porque no es fácil mantener a un pequeño de dos o tres años, callado y quieto por largo rato y es entendible que un niño llore, hable y haga ruido, por lo tanto, es mejor dejarlos en casa y buscar quién los cuide. El que la mamá, papá o hermano sea  parte del espectáculo no es suficiente disculpa para incomodar al público asistente.     

Si usted debe salir al baño o a cualquier otro asunto, no lo haga en medio de una interpretación, espere a que concluya la melodía para retirarse; igual situación al reingresar, dé tiempo a la  siguiente pausa para hacerlo. Parte de la preparación para ir a un evento es ir al baño antes. 

Absténgase comer en el recinto, hágalo sólo en el hall de acceso o en la zona de cafetería.    

No charle con sus vecinos mientras los artistas actúan, fastidia a quienes están a su alrededor y no dejan disfrutar el espectáculo.    

Punto aparte merecen los celulares. Por supuesto debe apagarlo; no es solución dejar el timbre en bajo o en silencio porque tampoco es correcto que usted hable mientras transcurre el espectáculo, es una gran falta de respeto no sólo con los artistas, sino también con quienes le rodean. Igual la luz de otros tipos de aparatos móviles aunque usted no lo crea también fastidia, por lo tanto lo mejor es no usarlos.      

Si las sillas no son numeradas no insista en guardarlas hasta último momento para personas que llegan tarde o que incluso es posible que no lleguen. Si a quien  espera no llega pronto, permita que otro la utilice, todos tienen igual derecho. 

Los ibaguereños estamos obligados a hacer gala de nuestra cultura musical, en el sentido de que debemos respetar a los artistas. Nos corresponde ser modelo para que los turistas o visitantes que lleguen a la ciudad aprecien la sensibilidad y se comporten de igual manera, así no les quedará duda de que Ibagué, efectivamente, es la Ciudad Musical de Colombia.

Credito
EL NUEVO DÍA

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