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Colombia arrancó el 2023 con entusiasmo y optimismo ante el “cese bilateral” del fuego anunciado minutos antes de terminar 2022 por el presidente Gustavo Petro con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, las disidencias de las Farc y grupos paramilitares, y que estará vigente desde ayer hasta el 30 de junio.
Tras las primeras reacciones, entre ellas la del jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, ayer líderes de la sociedad civil y políticos aplaudieron el paso que es un avance de la política de “paz total” del Gobierno, aunque por el momento no ha sido confirmado por los grupos armados ilegales.
La Defensoría del Pueblo destacó el cese el fuego con “los grupos armados ilegales, entre ellos, los que generan los mayores riesgos en las Alertas Tempranas” y aplaudió “todos los gestos que permitan frenar las acciones armadas que afecten a la población civil”.
“Desde nuestras 42 Regionales seguiremos acompañando a las comunidades más vulnerables en sus territorios para lograr la garantía de sus derechos humanos y estaremos atentos para verificar, en los diferentes territorios, que se cumpla con el cese de las acciones armadas por parte de los grupos armados ilegales”, agregó la Defensoría en un comunicado.
Apoyo de distintos sectores
El líder del partido Comunes, surgido de la desmovilización de las Farc, Rodrigo Londoño, llamó a los grupos incluidos en el cese el fuego a “actuar con decisión y contundencia.
“La paz demanda valor, osadía y heroísmo. Pero sobre todo, amor al pueblo”, manifestó en sus redes sociales.
El exministro Juan Camilo Restrepo Salazar, quien fue jefe negociador del Gobierno en los diálogos con el ELN durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, también celebró el anuncio pero indicó que “sigue dar plena claridad e información sobre cómo y quiénes verificarán dicho cese al fuego (...) para que no se vuelva burla”.
Por último, el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camilo González, celebró este “hecho extraordinario” que incluye a “más o menos 80 estructuras” de los grupos armados que han entrado en un cese bilateral.
“Eso tiene impacto en cerca de 350 municipios de Colombia”, aseguró González, y significa que “más de 15.000 efectivos en armas van a suspender las acciones de confrontación con la fuerza pública”, añadió, para luego señalar que “lo importante” es que también se den “ceses multilaterales” entre estas organizaciones, algunas de ellas enfrentadas entre sí.
Por su parte, Ariel Ávila, senador e investigador en temas de conflicto, se mostró sorprendido con el anuncio del presidente Petro, y señáló “esto no lo esperaba tan rápido, es un gran paso”, dijo, pero a la vez, advirtió que es un cese al fuego bilateral, es decir, que cobija al Estado con las cinco organizaciones mencionadas, “pero no es que haya un cese al fuego entre ellas (es decir multilateral)”, dijo.
La diferencia en los términos resulta esencial en la medida en que, en realidad, la mayor cantidad de muertos por el conflicto actual no se presentan en la confrontación entre la Fuerza Pública y cada grupo criminal, sino en la guerra que estos tienen entre sí por la conquista de territorios.
No obstante, Ávila no desestima que, por inercia se dé una baja en la conflictividad, además de que el cese tendría efectos positivos ya que, por ejemplo, el ELN ha “sembrado” una cantidad importante de minas antipersonal para defenderse del Ejército y ahora dejaría de hacerlo; o el Clan del Golfo dejaría de utilizar población civil como escudo.
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