Lucho Bermúdez: Un legado que sigue vivo
En 1944, en la inauguración del Club Nocturno Metropolitano de Bogotá, los asistentes escucharon por primera vez un ritmo pegajoso que venía de la región Caribe. Eran melodías que obligaban al cuerpo a moverse con el compás del mar, algo muy diferente de los bambucos y las guabinas que los asistentes estaban acostumbrados a escuchar.