Serios y documentados historiadores y politólogos de talla universal, han sostenido que el noble siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que escribió una sola novela: el Gatopardo, y que falleció por allá en el año 1957 del siglo pasado, fue el genial autor de célebres frases lapidarias, consideradas insignias del “gatopardismo”. Aquí van tres de ellas: “cambiar todo para que nada cambie”. La segunda: “que todo cambie para que todo siga igual”. Y la tercera, para finalizar: “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.

Lo primero que muere en una guerra es la verdad. Esto sucede en Ucrania, en donde a través de los medios, asistimos compungidos a la destrucción de un país.

Históricamente, Francia ha liderado trascendentales gestas de defensa del humanismo y de democracia integral. Por estos días, su vigesimoquinto presidente de la República, Emmanuel Jean-Michel Fréderic Macron, de nuevo ha retomado parte de esa vanguardia abanderando la propuesta de construir en su nación un proyecto humanista, republicano, social y ecológico, basado en el trabajo. De manera especial, en lo que él define como “la liberación de las fuerzas académicas, culturales y empresariales”, orientada entre otros objetivos estratégicos, a consolidar una sociedad más justa e igualitaria.

Y la violencia, sigue campeando en sectores estratégicos de nuestro territorio nacional. Lo mismo que antes. Desconsoladamente.  Basta mirar lo que pasa a nuestro alrededor: se deteriora la seguridad ciudadana; se incrementan envalentonados los grupos armados. Aumenta el asesinato de líderes sociales. Crecen las cifras de desplazamiento forzado, homicidios y masacres. 

Las próximas y cercanas elecciones presidenciales en Colombia serán históricas. Por primera vez, se confrontarán electoralmente, dos bloques partidistas que expresan - explícitamente y sin tapujos - políticamente a la izquierda y la derecha colombiana. Y también, porque en estas justas electorales,  - y es necesario resaltarlo en toda su dimensión democrática e histórica – surge  vigorosa la población afrocolombiana, a través  de su propio movimiento social.  Se esperan con entusiasmo y esperanza sus propuestas, ojalá unificadas, en favor de la población afrocolombiana. 

El próximo debate electoral para elegir  Presidente de la República, ha logrado polarizar el país entre lo que algunos politólogos consideran conceptualmente obsoleto: la derecha y la izquierda. Los del lado derecho se sienten bien con esa caracterización. Algunos de izquierda, consideran arcaica esa polarización. Prefieren, entre otras muy buenas apreciaciones, ubicarlas entre vida y muerte, futuro y pasado. 

Las próximas y cercanas elecciones al Congreso de la República, tendrán para el Tolima una especial característica, que no se evidenciaba en anteriores y cercanos debates electorales: esta vez, los sectores alternativos,  tendrán varios e importantes candidatas y candidatos, que expresan el sentir democrático y  humanista de la región. Antes – valga la pena precisar – Jorge Enrique Robledo, persona honesta y demócrata integral, considerado en varias oportunidades como el mejor Senador de la República, constituye un referente honorífico regional en dichas corporaciones. Sin olvidar, que Guillermo Alfonso Jaramillo, también fue referencia cuando desempeñó con eficiencia y pulcritud,  esas funciones legislativas.  

El aborto es un asunto extremadamente difícil de abordar, por cuanto se trata de un tema espinoso, polémico,  sensible, por las dimensiones que abarca: éticas, religiosas, jurídicas, políticas. Pero, hay una arista, la de la igualdad –o mejor la de la desigualdad– para considerarlo integralmente. 

Según las últimas encuestas, - en especial la realizada en este mes de Febrero por Invamer Poll-  el próximo Presidente de la República será escogido entre cuatro candidatos: Gustavo Petro,  Juan Manuel Galán, Sergio Fajardo y Rodolfo Hernández. Se reduce entonces - y a muy buena hora -  el tedioso y largo abanico de candidatos que acompañaba, casi siempre, estas jornadas de elección  presidencial. 

Contrario a lo que podría haberse calculado periodística y publicitariamente,  hace pocos meses en relación con el actual debate de los candidatos presidenciales, las discusiones coyunturales y estratégicas entre ellos, no han escalado –hasta ahora- el terreno de las confrontaciones de tipo individual y partidista, sino  girado en torno a temas atinentes con propuestas que tienen que ver con el desarrollo integral de la Nación.