De Vélez a Morris

Columnista Invitado

La némesis de Vélez es el fiel escudero de Gustavo Petro, otrora brillante reportero de noticieros como el desaparecido AM-PM, el comunicador Hollman Morris
PUBLICIDAD

La salida del periodista Luis Carlos Vélez de la emisora La FM generó toda clase de comentarios y suspicacias, en ese universo paralelo de las redes sociales, que validan lo que los expertos en ciencias de la computación vienen advirtiendo reiteradamente: no hay nada más peligroso que los sesgos de confirmación porque esa es la génesis de las noticias falsas, pero ese es otro tema.

Vélez ha hecho una destacada carrera en los medios masivos de comunicación. Economista de formación ha brillado con luz propia, desde los tiempos en que era reportero de CNN Internacional, pasando por la dirección de Noticias Caracol, en donde logró la modernización de este noticiero, luego fue el segundo a bordo del legendario Darío Arizmendi en Caracol Radio, hasta su salto a la cabeza de la emisora del grupo Ardila Lülle en la frecuencia modulada. Un comentario desatinado sobre la COP 16, un evento próximo -la Cumbre de la Biodiversidad de las Naciones Unidas- de enorme trascendencia por ser Cali la sede del mismo, lo dejó en una posición incómoda pues en el Valle del Cauca ha florecido la industria azucarera, en donde los Ardila juegan de locales.

Sí, Vélez ha sido un privilegiado pero su mérito no obedece a ser hijo de su papá, el controvertido periodista deportivo Carlos Antonio Vélez, eso es empequeñecer la discusión. En 2012, al frente de Noticias Caracol, ‘embistió’ ante las cámaras a un par de líderes indígenas, en medio de una de las tantas refriegas en el Cauca entre estos grupos y la fuerza pública, actuando más como un juez que condenaba, en vivo, a sus acusados. Esa entrevista me sirvió para mostrarles a mis estudiantes de periodismo, en esa época, cómo no se debía perder el equilibrio a la hora de abordar todas las voces. La arrogancia detrás de un micrófono es una de nuestras flaquezas.

Ese acto de contrición es poco frecuente en este gremio que crea dioses, aparentemente intocables, que juzgan en vez de preguntar o se amparan en el activismo para cruzar las fronteras éticas del periodismo. La némesis de Vélez es el fiel escudero de Gustavo Petro, otrora brillante reportero de noticieros como el desaparecido AM-PM, el comunicador Hollman Morris, actual gerente de Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC), quien ha combinado el ejercicio de su profesión, dirigiendo exitosos espacios como Contravía, con las aspiraciones políticas de la mano de su mentor.

Morris, envuelto en escándalos por acoso sexual y laboral, convirtió Canal Capital, cuando Petro ocupó la alcaldía de Bogotá, en trinchera ideológica del naciente movimiento político del hoy inquilino de la Casa de Nariño. Ahora repite la misma fórmula desde el sistema público de medios informativos. Los extremos terminan pareciéndose.

 

Luis Fernando Rueda

Comentarios