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La demócrata Harris, enfoca su discurso en la clase media, apela a temas sensibles como la familia, la inflación, las libertades individuales -aborto- y tiene un plan. Lo que ella llama “economía de oportunidades”.
El republicano Trump, saca a relucir el showman que lleva dentro, frunce los labios, cierra los ojos y gesticula mientras lanza un discurso incendiario plagado de descalificaciones, agravios sexistas y racistas. Se ve a sí mismo, como un mago que tiene una varita mágica para controlar la inmigración, envía mensajes contradictorios y conjura recortes fiscales para impulsar la economía. Ataca a Harris por su condición de mujer, negra e inmigrante. Al parecer los líos judiciales no le pasan factura electoral.
Así, “the proof is in the pudding” dirían los ingleses, con Harris y Trump, el panorama es incierto a cinco días de las elecciones. El resultado no solo define su futuro, sino que puede tener un efecto dominó sobre decisiones y acontecimientos. Temas como la economía, los derechos civiles, el cambio climático y la seguridad nacional están servidos y son urgentes.
Urgentes, en la medida en que la elección de una visión sobre otra, marque un cambio sustancial no solo en el país, por los desafíos sociales internos que enfrenta quien gane las elecciones; sino por el impacto que tendrá en la definición de acuerdos de defensa, tratados comerciales y alianzas estratégicas de gran impacto global.
Los próximos cuatro años serán críticos para cuestiones fundamentales. El resultado de estas elecciones podría ser determinante para el destino de millones de personas en temas sobre inmigración, igualdad, salud pública, economía hasta preocupaciones internacionales por su papel activo en conflictos armados y cambio climático.
USA tiene un papel crucial en el impacto ambiental. Ostenta el segundo lugar después de China. Es el mayor emisor de gases de efecto invernadero. Número uno en emisiones históricas totales. Es la fuente de un alto porcentaje de todos los gases de efecto invernadero producido por los humanos acumulados en la atmósfera desde la Revolución Industrial. De modo que una política adversa afectará los esfuerzos globales para reducir las emisiones de carbono. No hay que olvidar que en 2020, EEUU se retiró del Acuerdo de París gracias a Donald Trump, un negacionista confeso del cambio climático, marcando un giro en su compromiso medioambiental. No son buenas las predicciones electorales anticipadas, menos en este caso por la corta diferencia.
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