La ruta es conectar el campo

Jaime Eduardo Reyes

Debo confesar que en los últimos días estuve muy emocionado. Compartí con decenas de líderes y lideresas del sur del Tolima un ciclo de jornadas de capacitación en las últimas dos semanas durante catorce sesiones.
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En el pasado me he reunido muchas veces con campesinos y líderes rurales, sin embargo, lo novedoso de esta experiencia es que lo hicimos gracias a una plataforma de reuniones virtuales. Una experiencia similar fue la que vivimos con la CEPAL en el proyecto de Tejidos Rurales-Urbanos a principios de este año.

Les cuento la historia. En el marco de un proyecto de fortalecimiento de capacidades locales financiado por la USAID y “Nuestra tierra próspera”, un equipo de profesores y asesores de la Universidad de Ibagué nos dimos a la tarea de brindarles a habitantes rurales y a funcionarios de los municipios Ataco, Rioblanco, Planadas, Chaparral, Roncesvalles y San Antonio la oportunidad de interactuar directamente con funcionarios vinculados a entidades públicas y privadas que promueven el desarrollo rural en el departamento esperando que se construyan relaciones de colaboración entre ellos. 

Hasta ahora el relato no es novedoso, al fin y al cabo, no es extraño que funcionarios de la ADR, ART, la gobernación del Tolima, del Ministerio de Agricultura, entre otras entidades se reúnan con ellos en el marco de sus funciones, tampoco es raro reunirnos virtualmente, la pandemia impulsó este tipo de encuentros, cada vez son más normales.

Entonces, por qué mi emoción. Porque logramos que campesinos se conectaran a nuestras sesiones desde la Colombia profunda. Ellos y ellas, líderes y lideresas de ONG’s y de asociaciones productivas, estaban en sus parcelas, en sus fincas, en veredas realmente remotas. No tuvieron que dejar sus responsabilidades y labores para ir a un centro poblado a una reunión de capacitación. Si hubiéramos hecho una reunión de las tradicionales, es decir en algún salón de una escuela no habríamos podido reunir a todas estas personas, habríamos necesitado un mayor recurso económico para eso que se conoce como la logística. Me emocionó que se asistieron con mucha puntualidad e interés, que participaron activamente.

Entendí algo de lo que aún no era plenamente consciente: tenemos en los dispositivos celulares y el internet la mejor herramienta para disminuir las brechas que hoy tiene el mundo rural para acceder a educación e información útil. Me quedó claro que el desafío que tenemos para alcanzar mayores niveles de desarrollo en el mundo rural es dotar a las personas de una mejor conectividad de internet. Por supuesto, con el propósito de que accedan a mayores niveles de información que les permita mejorar sus capacidades locales. El beneficio va mucho más allá del campo educativo, involucra la esfera de la producción y comercialización de bienes, asistencia técnica y extensión rural, entre otros.  Hoy comparó la necesidad de tener conectividad en internet con la necesidad que se tenía hace unos años de tener un mundo rural electrificado.

 

JAIME EDUARDO REYES

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