Ministro, primero reduzca el gasto

Jaime Eduardo Reyes

El Congreso de la República inició esta semana el estudio del presupuesto nacional y el debate de una nueva reforma tributaria.
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Los economistas y analistas macroeconómicos están de acuerdo que el proyecto de ley de presupuesto tiene muchas inconsistencias que llevaría a una nueva reforma tributaria y que lo mejor sería seguir otro camino distinto al propuesto por el ministro de hacienda Bonilla, la de reducir el gasto público. 

El debate de estos proyectos económicos se da cuando los niveles de opinión desfavorable del Congreso han ido aumentando, en agosto la desfavorabilidad de los honorables senadores y representantes es del 70%, los proyectos se presentan en un momento de mucha turbulencia política, en medio de bajos niveles de aceptación del presidente Petro y su gobierno. El clima político del país se refleja en que el 64% de los colombianos están en desacuerdo con las reformas que propone el presidente.

La encuesta de Invamer en agosto indica que de cada 100 colombianos 67 creen que las cosas están empeorando y que el principal problema es la economía; el 82% cree que el costo de vida está empeorando, el 75% cree que la economía está empeorando, el 69% cree que el empleo está empeorando, y el 63% cree que la lucha contra la pobreza está empeorando. En este contexto se presentó los proyectos económicos.

La aprobación de un presupuesto desfinanciado que obligue a aprobar una reforma tributaria o ley de financiamiento a diferencia de lo que tradicionalmente ha ocurrido en el pasado tendrá, no solamente la atención de los expertos y analistas sino además de la ciudadanía en general. En alguna oportunidad le escuche a decir a un senador de la república que las reformas tributarias no generaban un mayor costo político y que por eso se aprobaban sin mayor reparo. Hoy no es así, el costo político será alto para los congresistas que aprueben los proyectos, y más para aquellos que lo hagan a cambio de dádivas y mermelada gubernamental. La oposición política y la nueva tendencia de opinión técnica política se encargará de que esto pase.

La reforma tributaria es un error en medio de una economía debilitada como la que actualmente se tiene, además, si de financiar el déficit del presupuesto se trata, está solamente corregiría la tercera parte del mismo; según el más reciente concepto del comité autónomo de la regla fiscal el faltante es de 33 billones de pesos y la reforma se anunció por doce billones. De aprobarse el presupuesto tal y como está presentado, el año entrante el gobierno deberá realizar un recorte como el que se hizo este año. 

La reforma tributaria no es conveniente y es insuficiente, los congresistas lo saben plenamente, el ministro también. Lo lógico sería la reducción del gasto público en la ley de presupuesto, gasto que se aumentó este año en más de un 20%. Sin embargo, eso no va a ocurrir si el ministro no lo hace.  

 

Jaime Eduardo Reyes

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