en el rescate de las entidades bancarias gestoras de la crisis, el Gobierno de ese país comprometió cerca de ocho billones de dólares, cifra equivalente a casi la mitad de su producto interno bruto y al 25 por ciento de la producción mundial.
El movimiento “Occupy Wall Street” fue la respuesta indignada de los estadounidenses ante quienes, de una parte, pusieron tan descomunales recursos a favor de quienes han gozado siempre de los favores de un sistema económico que desangra a la humanidad y, de otra, recortaron el presupuesto de inversión social para financiar el susodicho rescate y atender las demás manifestaciones de la actual crisis cíclica del capitalismo.
Estados Unidos cuenta hoy con un desempleo que compromete a cerca de 14 millones de personas y tiene a 49 millones viviendo en la pobreza, lo cual es evidencia de la profundidad de la crisis y de la desatención que ella le ha merecido al Gobierno.
La mención a Estados Unidos se hace solo por vía de ejemplo. También por otras latitudes se observaron iguales manifestaciones populares en contra de las pretensiones de las respectivas burguesías de descargar sobre los trabajadores el peso de las crisis.
De resonancia mundial fueron las movilizaciones que recorrieron las principales ciudades europeas, así como los históricos levantamientos del norte de África, aunque es bueno advertir que si bien algunos de ellos buscaban mejoras en las condiciones de vida de la población y otros el rechazo a las agresiones imperiales, no dejaron de presentarse alzamientos instigados por el Imperio mismo con el fin de reversar importantes avances sociales y tomar posesión de grandes riquezas petroleras, gasíferas y acuíferas.
Ahora se habla de la refundación de la Unión Europea, pero de seguro que con tal iniciativa no se logrará ninguna solución a los problemas sociales. Con tal refundación solo se pretende resolver, sin tocar el euro, lo que se quiso y no se ha podido resolver durante los diez años de vigencia de esta moneda: suprimir barreras cambiarias y fortalecer el intercambio en la Eurozona.
Fuerte contraste el anterior con el que se vive actualmente entre los países de nuestro continente, los cuales, iluminados por un ideario de izquierda, lograron conformar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac, para procurar alejarse del garrote norteamericano (Estados Unidos y Canadá) y acercar a la realidad el sueño bolivariano de la patria grande. Ojalá que la presencia de gobiernos de derecha no entraben tan importante iniciativa.
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