¡... Es por su torpe y mal Gobierno!

Manuel José Álvarez Didyme

¿Qué será, que a pesar de lo que dice que hace el gobierno de izquierda, su popularidad viene en picada cayendo en las encuestas?
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¿O será por su torpe e hirsuto ideologismo, aplicado con terquedad a rajatabla y por sobretodo mal digerido, generador de toda suerte de disparates, desaciertos y equivocaciones, y que traducidos a erráticos actos de gobierno produce los innumerables estropicios y el desmoronamiento que están afectando al país y a su población, y que se reflejan en las cifras de opinión, que hoy están dándose a conocer por el Centro de Estudios Hernán Echavarría Olózaga, adversas al Gobierno?

No será también a causa de su arrogancia, y falta de diálogo principalmente; o el marchitamiento de la fuerza pública con el consecuente incremento de la violencia y el deterioro de la seguridad, (o sea el fracaso total de la paz total); y la exacerbación de la corrupción y el robo a manos llenas de sus correligionarios del M-19 (no ha mucho, violentos activistas) al entrar por fín a la burocracia; más la reiterada torpeza tributaria generadora de la ruinosa merma de la inversión tanto nacional como extranjera (como que ha descendido un 29%); el decrecimiento económico y la caída de las exportaciones (remember Israel)); el alto déficit fiscal (uno de los más altos de la historia del país ( 6,6 % del PIB); la falta de un plan de reactivación económica; la destrucción de un sistema de salud eficiente y eficaz; la escasez de muchos de los productos básicos; la sustancial reducción del empleo; la reiterada hostilidad contra los medios y sus operadores, en especial la estigmatización de sus operadoras como lo hecho y dicho en Nuquí,Chocó y la intimidación institucional contra la libertad de opinión; las expresiones racistas contra el Presidente de color de la H. Corte Suprema de Justicia (impropias de un hombre que dice que tiene entre su supuesto ideario, dizque la igualdad), y por último su incompetente, mediocre e inepto actuar y el de sus validos, en tanto en cuanto sigue conduciéndose como el violento e irracional guerrillero y opositor que por años fue, cuando, luego de haber leído y malentendido a Carlos Marx y Federico Engels no advirtió la diversidad de contextos, -el de entonces con el de ahora-, de cuando fue redactado el Manifiesto Comunista, texto contentivo de las ideas centrales o Principios del comunismo tales como la lucha de clases, y la revolución obrera, acicateados por los cambios generados en aquellos tiempos por la revolución industrial que se daba a principios del siglo XIX para derrocar el orden social que regía en Europa liderado por la clase propietaria o burguesía cuyo centro radicaba en la propiedad privada de los instrumentos y medios de producción, como generadora de todos los males sociales existentes, con el de hoy.

A lo que se le debe agregar su híspida insistencia en su agresión al sector privado y el desconocimiento de su importancia en el desenvolvimiento económico del país. Y lo más grave: su radical concepción del Estado de Derecho como un sistema que debe extinguirse en cuanto cree que es el que impide que la sociedad mude hacia un conglomerado igualitario, sin clases ni distinciones, incluso entre la vida rural y urbana.

Tal como piensa que ocurre en la ruinosa Cuba o la corrupta Bolivariana Venezuela de hoy, “donde según dicen sus copartidarios izquierdosos e izquierdosas, ”se están creando las condiciones de la liberación del proletariado, haciendo un llamado a la revolución proletaria y dando pasos de transición hacia el socialismo”.

¡Y luego duda y se pregunta a que se deben su impopularidad y rechazo!

Manuel José Alvarez Didyme-dôme

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