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Y es precisamente esa esperanza la que pese a las circunstancias que vive Ibagué, El Tolima y Colombia, nos empuja en un pensamiento casi mágico a esperar que esos cuatro años que comenzarán desde el próximo 1 de enero de 2024, en nuestro municipioy departamento, sean mejores que lo vivido, visto y hasta padecido con corte a hoy.
Y digo del próximo enero en adelante, porque por aquellas curiosidades de la política electoral, desde que alumbró el Sole está mañana, ya ni el Alcalde ni el Gobernador ni los concejales o diputados que ocupan dichos cargos representan nada, su efímero poder se acabó desde la noche de ayer.
Pasan hacer figuras decorativas de sus sillones en estos próximos dos meses que se dedicarán a raspar las ollas del presupuesto, dar condecoraciones o aprobar resoluciones, ordenanzas y acuerdos de acciones insulzas o también a tratar de meter goles y dejar pequeños negociados antes de irse. Ojalá me equivoque.
Que bueno que la noticia hoy fuera que se renovó al pusilánime Concejo de Ibagué
o la callada Asamblea Departamental; que a partir de hoy los temas de políticas públicas y ejecución que comencemos a discutir en la opinión pública con los nuevos gobernantes sea de cómo frenar la inseguridad y combatir la delincuencia, de apostar a políticas económicas en beneficio de sectores diferentes o emergentes en la agroindistria, los emprendimientos comerciales y en el ecosistema digital.
Así como en sectores que necesitan verdadera consolidación como el turismo, más allá de la "eventitis o congresitis" aguda que padecemos que si bien sirven para mover pírricamente el consumo economico durante dos o tres días y cumplir con un indicador de gobierno, no sirve para generar empleo, inversión e ingresos permanentes.
Que nos ocupemos de cómo, con cuánto y hasta dónde alcanzará para tener o habilitar los anillos viales y recuperar las acabadas vías en barrios y veredas.
De contar con una educación pertinente y de alta calidad que sirva de soporte para el cambio estructural a largo plazo de este territorio y continuar fortaleciendo la oferta y los servicios de la red de salud pública.
Esa es la esperanza que tenemos, que los nuevos gobernantes y representantes electos lo hagan mucho mejor que quienes de facto a partir hoy ya se fueron.
Que todos los esfuerzos sirvan para algo básico y elemental: que ningún tolimense ni ibaguereño se acueste sin haber podido llevar los tres "golpes" mínimos de alimento a su mesa, en especial la de los niños. Esa tragedia debe acabar y esa indiferencia debe terminar. Los nuevos gobernantes son los primeros llamados a convocar con el ejemplo, sin suntuosidades, sin opulencias, sin malgastar el erario ni premiar corruptelas.
Los mejores deseos, fuerza positiva y bendiciones a la nueva Goernadora del Tolima, la primera mujer en lograr ese cargo:Adriana Magaly Matiz y la nueva Alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda. A todos los alcaldes y alcaldesas del Tolima, a los concejales y diputados. Tómense en serio, con responsabilidad y sensibilidad el servicio público que van a prestar. Todos tenemos puestas la esperanza en ustedes..ojalá no fallen ni nos decepcionen. Dios quiera. Dios los bendiga
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