¿Se perdió el sentido crítico?

Rodrigo López Oviedo

En uno de sus maravillosos cuentos, Jorge Luis Borges puso en labios de uno de sus personajes una frase que denota un gran desprendimiento intelectual, que yo aprovecho para iniciar esta columna. Dice Borges: “Como soy pesimista, siempre deseo que sean los demás los que tengan la razón”.
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Como ese desprendimiento no ha sido mi más preciada virtud, casi siempre me quedo solo con mis argumentos, especialmente ahora último ante mis camaradas petristas. Por lo general, les noto una cierta ensoñación con lo que viene ocurriendo a las iniciativas legislativas de un Jefe de Estado que ha sufrido sus mismas privaciones, que se ha visto abocado a sus mismos aunque mayores riesgos y que impulsa una agenda de cambios que coincide con sus ideales.

Ante ello, estos amigos baten palmas a todo cuanto va quedando de las iniciativas oficiales, sin atreverse a comparar lo que se quería con lo finalmente alcanzado.

Hay en tal actitud algo en extremo dañino, pues denota hasta dónde se ha perdido la naturaleza crítica que los ha caracterizado. Para muestra, algunos botones:

Antes de Petro, el futbol profesional era visto por muchos de ellos como pan y circo para adormecer a las masas. Sin embargo, ahora que el presidente declaró día cívico el lunes siguiente a la final de la Copa América, hasta los dirigentes más esclarecidos del petrismo han cambiado de apreciación, y se han dispuesto a no rechazar el circo, a disfrutar del pan de manos de Carlos Antonio Vélez y sus pares y a garantizar a estos periodistas una teleaudiencia suficiente para que sus jugosos contratos les sean renovados, que es lo que a estos más les interesa.  

Esa carencia crítica los ha hecho pasar de agache ante ostensibles triunfos oligárquicos, como el de convertir a los trabajadores de más de 2,3 salarios mínimos en clientes forzosos de los fondos privados de pensiones, además de aceptar sin chistar los incrementos del precio de la gasolina, que antes rechazaban, y consentir la pérdida de buena parte de lo que se alcanzó con la reforma tributaria.

Pero que no se diga que esta es una crítica al gobierno de Petro y su bancada. Al contrario. Estos vienen haciendo lo que las condiciones les permiten. Es una crítica a las masas y sus organizaciones, que los han dejado guerreando solos contra una jauría oligárquica que sabe lo que hay que hacer para garantizarse su retorno al gobierno en el 2026. Las masas y sus organizaciones también lo saben, pero no están haciendo lo suficiente para demostrarlo. Y como yo también soy pesimista, también quisiera no ser el que tiene la razón.

 

Rodrigo López Oviedo

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