Una retractación incompleta

Rodrigo López Oviedo

Todo parece indicar que la posición de María Corina Machado y Edmundo González ha comenzado a perder reconocimiento, gracias a lo mal calibradas que han resultado sus últimas acciones, especialmente las de Edmundo, quien tuvo la desacertada ocurrencia de señalar como producto de una coacción el documento que refrendó en la sede de la embajada de España en Caracas y en presencia del embajador de dicho país. 
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¿Actuó el Embajador como cómplice de tal coacción? Tal era la pregunta que se veía obligada a formularse cualquier persona que contara con un mínimo de inteligencia, e hiciera uso de ella con criterio independiente, no subalterno a ninguna fuerza o poder distinto al contenido en los cánones de la ética. 

Lo que Edmundo González no previó fue que el presidente de la Asamblea de Venezuela, Jorge Rodríguez, le saliera al paso a sus tergiversaciones, exponiendo en rueda de prensa internacional las fotos y videos que se tomaron en el acto de suscripción del mencionado documento, en los cuales habían quedado las evidencias del ambiente tranquilo, con algunas vaporosidades etílicas, en que se firmó. En tales fotos y videos se veía clara la presencia de Edmundo González, la del propio presidente de la Asamblea Nacional y la de la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, pero también la del presunto cómplice, el embajador de España.

Y tampoco previó que el mismo Jorge Rodríguez pudiera conminarlo, ya estando en  España este fallido candidato, a que se retractara de su afirmación, so pena de ser sometido a la exhibición de otras pruebas, que a la postre resultaron reveladoras de su cobardía y doble moral, pues daban cuenta de su loable preocupación por la suerte, no de sus seguidores, sino de su familia y de algunos cuantos allegados, así como también, y sobre todo, de sus bienes, conseguidos a lo largo de más de 80 años de sufrido esfuerzo.

La retractación, por supuesto, no se hizo esperar, aunque de una manera incompleta. Ahora Edmundo dejó claro que la firma la había dado por su entera voluntad, que no se le había coaccionado de manera alguna, que sobre la mesa, además del documento, solo había algunos whiskies y que estos tan solo le habían alterado un poco su pasito al caminar. Ah, y que a pesar de tan satisfactorio entorno, había firmado con el fin de garantizarse unas mejores condiciones para seguir luchando por la liberación de su amada Venezuela de las cadenas del mal a que se halla atada y por su ascensión al solio de Miraflores este próximo 10 de enero. Amanecerá, pero no lo veremos en tan histórico acontecimiento. Seguro que no.


 

Rodrigo López Oviedo

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