La jugada de aplazar la Consulta

Resulta lamentable que temas claves como los que plantea la Consulta, se hayan visto reducidos a un debate meramente electorero, así como también que una gran cantidad de senadores, de labios para afuera apoyen la Consulta, pero que no hayan dado muestras para que la misma se votara.

El ambiente político del país está llegando a su tope más alto. La campaña presidencial viene elevando los ánimos desde hace un buen tiempo, e incluso antes de las elecciones de Congreso, ni siquiera en ellas se pensaba tanto, como se piensa en la contienda rumbo a la Casa de Nariño.

No es para menos, Colombia está a punto de terminar un largo ciclo, luego de ocho años del gobierno desgastado de Santos, que podrían contarse como 16, de no haber sido por el rompimiento de relaciones con el senador y antecesor Uribe Vélez.

Por cuenta de ello, y supuestamente para no interferir en dichas elecciones, la plenaria del Senado, alentada principalmente por la bancada del Centro Democrático, en días pasados decidió no aprobar la votación de la Consulta Anticorrupción, promovida por la Alianza Verde, especialmente por Claudia López, y posponer su pertinencia. Paloma Valencia, senadora del uribismo, tomó la vocería de su partido para exponer los argumentos para oponerse a que se votara la consulta, y risiblemente uno de ellos, fue que su candidato presidencial Iván Duque, estaba promoviendo justamente los mismos puntos en su programa de gobierno, y que una salida era esperar que este fuera elegido como presidente para que desde allí se ocupara de esos temas.

Sin embargo, y aunque la propuesta de Paloma, no tenía otra intención más que echar su cuña, y dilatar la decisión, a esa intención de prorrogar la votación, se fueron sumando más de 20 impedimentos de senadores, quienes apelaron a que su voto tendría vicios, por tanto, afectarían sus intereses personales, particularmente, en el punto de la consulta que tiene que ver con la disminución de salario. ¡Que descaro!

Finalmente, y como si se tratara de un acuerdo de honor, la decisión de votar la consulta fue aplazada hasta el 5 de junio, con el fin de que la misma no se utilice para sacar réditos políticos, teniendo en cuenta que su promotora es la fórmula vicepresidencial de uno de los candidatos. Aunque aquello pueda parecer lógico, resulta lamentable que temas claves como los que plantea la Consulta, se hayan visto reducidos a un debate meramente electorero, así como también que una gran cantidad de senadores, de labios para afuera apoyen la Consulta, pero que no hayan dado muestras para que la misma se votara.

Existe la probabilidad de que el 5 de junio, Colombia pueda tener presidente nuevo, y sea Duque, o cualquier otro, la consulta debería votarse según el acuerdo pactado entre Claudia López y Paloma Valencia. Sin embargo, de aquí a ese tiempo nadie garantiza que eso sea así, y que en efecto, los senadores mantengan su decisión de votar para que la misma se realice, pues ya quedó demostrado que 29 congresistas le huyeron a la responsabilidad de votar, y bien podrían hacerlo nuevamente en junio, con ingredientes nuevos como un resultado en primera vuelta presidencial.

Lo importante aquí, es que el país tenga claro, que en efecto la Consulta es importante, y que sin duda puede ayudar a disminuir el gasto inoficioso en Colombia. Ojalá los colombianos tengan la oportunidad de votarla.

REDACCIÓN EDITORIAL

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