En las últimas elecciones presidenciales en Colombia, se marcaron 311.655 votos nulos en primera vuelta, y 403.405 en la segunda, mientras que por el voto en blanco fueron marcados 770.496 en primera, y 619.396 en segunda vuelta. Sin duda, en el caso de los votos nulos, ese total representa una gran cantidad que demuestra que en nuestro país no hay la suficiente pedagogía electoral, ni un sistema moderno en donde sea mucho más ágil el trámite.
Sin embargo, para este año, probablemente esos números, puedan ser superados ampliamente, teniendo en cuenta algunas novedades en el tarjetón, que pudieran incidir para que eso ocurra. Lo primero, es que aparecerá la cara de Viviane Morales, quien ex temporáneamente decidió retirar su candidatura, y unirse a Iván Duque, siendo ello aceptado por el Consejo Nacional Electoral, sin reparo alguno, pese a que la norma es clara en prohibirlo fuera de los plazos.
Lo segundo y que tampoco se había dado en ninguna elección, es la aparición de dos casillas que representan lo mismo, y es la del voto en blanco, pues por un lado estará la casilla normal del voto en blanco que se ubica en todas las elecciones, y por el otro, y nada más y nada menos que en la segunda casilla, como cualquier candidato, aparecerá otro voto en blanco, a nombre del Partido de Reivindicación Étnica, y quienes, al parecer, lo que buscan, es el dinero que deja la reposición de votos.
Piedad Córdoba, y quien también retiró su candidatura, no aparecerá en el tarjetón por haberlo hecho en los tiempos establecidos, y hasta el momento, no ha manifestado a quien le entregará su apoyo; a diferencia de Viviane, quien, para muchos, tendría un importante número de los sectores cristianos cuando era candidata, pero que ahora quizás ese apoyo manifestado a Duque, se vea mermado, pues muchos terminarán marcando su cara en el tarjetón. Lo otro distinto, y que termina haciéndole un favor al desacreditado gobierno de Santos, es que la cara de Rodrigo Londoño “Timochenko”, no aparecerá por cuenta de su renuncia, aunque aquello, también pueda incidir en el número de votos nulos, pues no faltará quien quiera enviarle algún mensaje en el papel impreso.
El doctor Blanco como denominamos a ese ficticio personaje, contendor del mismo voto en blanco, y de Duque, Petro, Fajardo, Vargas y de la Calle, deberá lograr un 4% de la totalidad de votos válidos, para lograr su cometido, y aunque aquello pareciera difícil, divinamente, sus impulsores pueden estar embolsillando una muy buena "platica" del Estado gracias a la “democracia”. Si cumplieran con el mínimo establecido, recibirían más de $4 mil millones.
Cosas como esas, demuestran que es necesario una reforma electoral, que evite sinvergüencerías como esa, y que terminan por deslegitimar el verdadero voto en blanco, al que muy seguramente muchos acudirán también en esta elección.
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