El Tolima debe sacarle provecho a la ley que promueve el aviturismo

El pasado 12 de julio se promulgó la Ley 2373, cuyo objeto es “la promoción y reconocimiento del turismo de aves como estrategia de conservación y desarrollo rural”.

 

En la norma, “se declara a Colombia como territorio estratégico para la conservación y el avistamiento de aves mediante la consolidación del mensaje ‘Colombia país de las aves’, a través de la cual, se impulse la valoración de las aves como orgullo nacional y el desarrollo de políticas, programas y acciones de manejo y conservación que permitan el desarrollo del ecoturismo como estrategia de desarrollo sostenible y fortalecimiento de la bioeconomía”.

Entre otras cosas, la norma dispone el apoyo a las regiones con potencial para el aviturismo y la formalización de las empresas y personas dedicadas a esta labor. En este aspecto las alcaldías jugarán un importante papel, ya que habrán de coordinar las políticas y programas para el fortalecimiento de esta rama del turismo.

Así mismo, se establece la capacitación del personal dedicado a esta actividad, a través del SENA, en coordinación con las cámaras de comercio, los gobiernos territoriales y las universidades regionales. También se buscará obtener recursos técnicos y financieros provenientes del exterior, a través de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC Colombia), con el fin de promover la actividad y ejecutar proyectos de desarrollo rural.

Adicionalmente, tendrán prioridad los municipios Zomac (Las Zonas Más Afectadas por el Conflicto Armado) y los PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial), en la elaboración de los planes estratégicos del fomento del aviturismo. En el Tolima hay 21 municipios Zomac y cuatro PDET, lo cual representa más del 50% de las poblaciones que serían incluidas en estos programas.

El Tolima cuenta con un gran potencial para el aviturismo, no solo porque posee una gran diversidad de especies y escenarios para apreciarlas, sino que existen agrupaciones, empresas y universidades con personal capacitado en estos temas y en la guianza turística.

Además, cuenta con lugares ricos en biodiversidad, comenzando por el parque Centenario (donde se han contabilizado más de 80 especies), el cañón del Combeima, la vereda Ambalá, el Llano del Combeima, las lagunas de la hacienda El Escobal y el Jardín Botánico, solo en la capital. También hay lugares idóneos para la práctica de la observación de aves en Ambalema, Honda, Falan, Anzoátegui y Espinal, por mencionar algunos municipios, que por la gran cantidad de aves migratorias y endémicas que se pueden observar se constituyen en un atractivo para los “pajareros” de todo el mundo.

Confiamos en que las acciones planteadas en esta Ley sean desarrolladas prontamente. Vale la pena que las entidades públicas relacionadas con estos asuntos y los emprendedores del sector conozcan el aprovechamiento que hacen en otras latitudes de los sitios en los que se puede practicar esta afición, ya que esta es una oportunidad de crear empresas, y generar empleo y desarrollo para nuestra región. 

El Nuevo Día

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